miércoles, 23 de diciembre de 2009

GIRLS JUST WANNA HAVE FUN (Little Ramonas)

Cuando en 1983, Cindi Lauper le habló al mundo sobre el súper deseo que tienen las chicas de divertirse (Girls just wanna have fun), reveló el secreto mejor guardado dentro de los románticos imaginarios de independencia femenina. Finalmente salió a la luz todo aquello no dicho, pero por mucho tiempo intuido, de la rareza casi mítica de una mujer: Todas pueden hacer lo que se les de la gana con sus vidas. Es precisamente este, el primer principio de los postulados invisibles que el grupo de jóvenes estilistas, “Little Ramonas”, han manifestado en su declaración de individualidad.

Era la tarde de un día nublado, después de que el cielo se cayera congelado en granizo, en un pequeño apartamento del barrio Chapinero de Bogota, que les sirve de cuartel y boutique por ratos, Las Ramonas se preparaban para su primera feria abierta al público, “One of a Kind”. Sentadas en el piso, con una pared negra de fondo, contrastada por la enorme ciudad que se desparrama en el marco de la ventana, sonríen cómplices recordando el comienzo de su historia, que empezó como un pasatiempo, que solo una estudiante de modas puede tener: ir de compras a “outlets” y ferias de segunda mano, para jugar con atuendos retro, darles su estilo al diseño y hacerlos parte de su propio closet.
Después de un año de trabajo y una ardua tarea de recopilación de material, incontables sesiones de fotos y su siempre actualizada pagina de Internet (www.littleramonas.com), se han ido convirtiendo en una marca registrada dentro del mundo “underground” capitalino, por su estilo y su capacidad de reconocer el potencial que puede tener una prenda de otra época, en el closet de una chica actual y vanguardista. Pero mas allá de moda y estilo, son portadoras de lo que ellas mismas han denominado: “una actitud y una forma de ver la vida”. Para los que las observan casi intimidados desde afuera, esa actitud es la parte más fuerte, arriesgada y frentera de una mujer, que hoy se concibe como igual, como sujeto y como personaje del día y especialmente de la noche.
Este colectivo compuesto por tres amigas amantes del cuero, las cadenas y raparse la cabeza, comenzó como el proyecto de la mamá Ramona, Paula Beltrán que a sus 21 años es estudiante del Fashion Institute de New York, donde reside hace algún tiempo. A este proyecto sumó a dos de sus mejores amigas y colegas en el oficio, Mariana Puerta que vive en Bogotá y Camila Saldarriaga, estudiante de artes que reside en Miami; convirtiéndolo desde ese momento, en un bloque que se sale de los limites geográficos y que a través de su pagina web, ha permitido dar un vistazo a las tendencias que se manejan en el submundo mas rockero y mas hipster de estas tres ciudades, desde el punto de vista que sale de la atractiva combinación, del poder seductor de la sensualidad femenina de la Ramona.MIA, la oscura sobriedad de la Ramona.BTA y el eclecticismo impetuoso de la Ramona.NY.

Como alguna vez diría la Ramona Bogotá como un comentario espontáneo, pero bastante puntual: “Es el comienzo de lo que busca ser un bloque cultural, casi omnipresente en cualquier manifestación de arte que represente un grito de identidad.”


Foto: Little Ramonas (De arriba a abajo: Paula Beltrán, Camila Saldarriaga y Mariana Puerta)

lunes, 14 de diciembre de 2009

L' Helène

Las nubes se entrelazaban grises y azules en medio de un cielo nublado y esforzado. Algunas gotas caían dispersas en el ventanal cuadrado que dejaba al descubierto la ciudad inundada de ruidos y movimientos que podrían confundir a algún observador inadvertido.
Había poco aire, había poca luz y había poca intención en aquellas horas dedicadas a flotar entre el frío circundante de aquellos días soñolientos, los cojines llenos de cenizas esparcida en el espacio y The Strokes sonando suficientemente alto como para callar la necedad.
Mientras tanto, Helena buscaba en aquel cielo tan confuso, la forma desabrida de algún pájaro despistado, perdido de su equipo en un intento de individualidad, o de un pescado volador, como aquellos que había leído en el libro de turno, se paseaban por Bogotá en días contaminados. En su travesía visual encontró cometas de colores, una estela blanca de una pirueta aérea y un avión que se perdió en el infinito, seguramente iba hacia algún lugar que ella hubiera querido conocer. Le melancolía se adueño de aquel momento, por aquellos años de viajes a tierras más lejanas de lo que alguna vez hubieran soñado sus padres con conocer. Sintió vergüenza de las oportunidades perdidas y recordó en un instante largo pero que duro menos que un suspiro, como una película en su cabeza, aquellas veces que dijo que no cuando pudo decir que si, o las otras muchas en las que aplazo sus éxitos por placeres momentáneos, solo para descubrir que no iban a suceder jamás.
Bajó la mirada, sacudió la cabeza y prefirió dejar ir los pensamiento dirigiéndose a Julia que cantaba mirándola a los ojos, como buscando su atención. Sus manos se agitaban al ritmo de la música, Post Modern Girls, “igual que nosotras” dijo entusiasmada por la euforia de su melomanía. Helena le cedió una sonrisa, después de años de amistad conocían ciertamente los códigos creados por la cercanía y la complicidad. Así que Julia ignoró su gesto y regresó su atención al computador, que para esos días era más divertido que pasar el tiempo con ella.
Habían pasado varios días desde el llamado por ellas, “Día Final”, ya lo peor había pasado aparentemente. Aunque los días seguían igual de lentos, el ambiente seguía denso y salir de la nube negra parecía una tarea complicada, seguían juntas e inseparables. Todo comenzó con ellas y parecía estar terminando igual. Para Julia el final había sido simplemente el comienzo, pero Helena, seguía en él, la vida parecía ser muy dura para ser vivida en su cuerpo. Catapultada por la ira, permanecía estática por muchas horas. Esclava de sus pensamientos, hervía, colapsante en permanencia, sórdida, enredada entre sus deseos sádicos de cremar a todo aquel que había sido doloroso en su vida.
Era energía en potencia, delirante, incoherente y demencial. Algún día escucho decir de alguna amiga muy sabia que todo era energía, que todos somos energía y que esta solo responde al amor y la intención. No había amor, ni por ella, ni por nadie, ni por nada. Nada adentro, vacío sin fondo. Por consiguiente, no habia intención en lo absoluto, sin deseo no hay acción, solo movimientos carentes de sentido.

(Foto: Cesar Guerrero para MissTiki)
* Preambulo de la primera edicion de Celeste.... 2010.

miércoles, 9 de diciembre de 2009

EL PINTOR TRISTE

Abraza la soledad como algo sublime y majestuoso, pero más que nada en el mundo, siente fascinación por la mirada de los extraños sobre él, ser visto y admirado. Rodearse de muchos y convencerse segundo con segundo que no pertenece trae a él los rasgos melancólicos que siempre se manifiestan ante si mismo parado frente al espejo. Es adicto a la tristeza y se rinde ante ella sin resistencia alguna.

Le gusta la compañía y más que nada, el reconocimiento, porque es así como puede poner en otros la responsabilidad de su propia felicidad que parece prestada y distante. Esa que de vez en tanto, puede palpar y reconocer en medio de su propia curiosidad. Pero es por esta misma razón, que al final de cada etapa, de cada ciclo, la dicha se esfuma y se siente más cansado y más solo que nunca. Entonces regresa a su estado más natural y más triste, elevado en el estupor de los tonos grises que colorean su vida, saboreando el dolor que lo hace grande.

Coloca sus cuadros en las galerías vacías con la minuciosa estética de quien mira un atardecer ensombrecido por las nubes cargadas de lluvia. Sabe que lo que tiene al frente es bello y maravilloso, pero indiscutiblemente también oscuro y traslada la esperanza de seguir siendo uno, hacia un lado muy dramático. Siente la necesidad de que quien vea su arte, sienta la misma angustia que el sintió cuando lo estaba creando. Es por esto, que cuando la colección esta en orden y lista para ser mostrada al público, en los enormes salones que prestan su espacio al reconocido artista en el que se ha convertido, llora desconsolado, escondido en el rincón mas perdido del lugar, envuelto entre los sentimientos retenidos y luego añorados, que sostienen cada pintura, su arte… su vida.

sábado, 21 de noviembre de 2009

MORPH presenta HECATOMB TOUR




Ahondan los colores en el profundo vacío que entiende el negro. Las luces palpitan y se entrelazan más allá de nuestras percepciones. Se ensanchan las pupilas, se expanden las sonrisas, danzan los dedos en el espacio cargado de energía…. Los flashes relatan la historia de una celebración a la noche, de los sonidos que embriagan las imágenes, y de lo encajado en el espacio espiral. Lo angular, lo uniforme, los mutilado, lo planeado… el movimiento colectivo que alimenta y reinventa la propuesta inicial. La respuesta es una propuesta por si misma.
Bogota esta próxima a dar su aporte… a reinventar la propuesta que Audion tiene para el mundo de la noche, para el mundo de los sentidos… Morph presenta Hecatomb tour. Dic11.09


miércoles, 18 de noviembre de 2009

PRIMERA PARTE. EL COMIENZO.

“Mi palabra escritas es mi voz mas fuerte, es el sonido que escuchas si te acercas a mi pecho; es el aire que me recorre y me reconoce; es mi código de vida, lo verdadero, lo que es, aunque tenga miedo… es lo innegable. Es lo mejor que puedo darte ahora, aparte de mis besos, abrazos, sonrisas, miradas y las mil horas que te pienso. Así, que tu tarea ahora, es que decodifiques mis letras.”
MissTiki

Esta historia tiene un comienzo apresurado… un comienzo inesperado: la suma de dos partes desiguales. Es esa historia que habla de una mesa vacía, de tinta en los dedos, de un papel no pensado más allá de su propio fin. Habla de las cosas que existen por su significado, lo que nos hacen sentir; más allá de su propio sentido, lo que nos hacen pensar.

Esta historia habla de una noche húmeda que amaneció lentamente y se perdió en tus ojos y mi sonrisa. Habla de tú y yo juntos, de los besos eternos (hasta que se acaben) y de devolver el tiempo constantemente, para repetir instantes que inquietan y distraen los prejuicios. Lo bueno y lo malo son solo palabras que han perdido valor ante nuestra presencia.

Esta historia habla de cuando los días ya no pasan tan normalmente, (entendiendo como normal lo cotidiano y vivido en automático), y en cambio, todo es más fácil de entender sin la necesidad de aislarme en el sufrimiento del pensador. Habla de lo embriagante y casi imposible de escribir, lo que parece inadmisible bajo el poder de la razón, pero que es totalmente coherente cuando se trata de sentirlo.

Esta historia habla de cuando comienzas a entenderme, de cuando comienzas a verme, de cuando comienzas a leerme y por ultimo, comienzas a creerme. Habla de cuando me miras sin recato y te aburren mis palabras, te torturan mis palabras, te seducen mis palabras, te matan mis palabras. Sobre la posibilidad de renacer cada vez que mueres.

Esta historia, que aun sigue estando en el comienzo, te cuenta que te observo y tú me observas observar, perpetuando cada momento que me hace sucumbir ante la constancia de tu afecto. Habla sobre mis demonios y los tuyos, sobre no dejarte alejar y sobre saberte respetado… sobre perder el miedo.

Con esta historia incompleta, pero concurrida, te quiero recordar a ti que me lees y a mí que te escribo, que quiero que me creas cuando te digo que me inspiras; que me escuches cuando te hablo en serio (porque lo hago poco); que mires como te estoy mirando y que me sonrías siempre, porque tu felicidad me hace feliz. Nuestra historia no es sobre expectativas ni peticiones, es sobre lo que esta siendo, que finalmente, es todo lo que quiero. Tú y yo, como tú y yo, personas y personajes.

Feliz cumpleaños Andrés Escobar…

Tuya,

Teresita Goyeneche. Bogotá, Noviembre 19 de 2009.

viernes, 13 de noviembre de 2009

Eterno

Apareciste porque si y te fuiste porque así debía ser. La eternidad la viví a tu lado en un día y por ser eterno sigues aquí. Porque para sentirte solo tengo que levantar la cara al cielo y cerrar los ojos; como si fueras lluvia llegas a mí. Con las primeras gotas, aparece una sonrisa que me desconoce, mis manos sudan y acarician lo que tocan, entro en trance, te has convertido en mi droga.

La perpetuidad del momento me seduce, igual que la suavidad de las primeras caricias, con las que medimos los limites y los declaramos inexistentes; el recuerdo del roce de tu lengua en mis piernas hacia lo profundo; explorar tu piel con mis labios descubriendo cada uno de los puntos que te llevan al abismo; el primer momento en que sentí tu pecho contra el mío con aquella violencia que genera el deseo, y la desnudez nos sumergió en sudor e instintos.

Te toque para encontrar placer en tu cara… en tu cuerpo, y fue así como te conectaste a mi, y desde ese momento podía leerte. Me tocaste hasta hacerme estallar extasiada, me volviste energía que inundo el espacio y ya no recordé más que había dos cuerpos. Me deleita evocar aquel instante, en el que fuimos uno y me besaste siempre, entraste en mí con la facilidad que otorga la humedad y la química, me descubriste toda, y sin cohibiciones, trastornaste mis sentidos hasta agotar mi último suspiro.

Fui más que humana, fuiste más que hombre y fue por eso que solo nos permitimos ser un diminuto instante. Creamos un paralelo de la realidad adversa que forma nuestra cotidianidad, detuvimos el tiempo.

Mis ojos siguen cerrados aunque ya paso el momento, en mis parpados están escritos con tinta invisible los detalles de tu mirada y tu boca. Me gusta leerlos uno y otra vez hasta que temo que te vuelvas delirio. Eres nocivo para mi sensibilidad.

Febrero de 2008

jueves, 12 de noviembre de 2009

Sobre algunos aspectos de la noche…


En una noche de lluvia palpitante, sobre los baldosines de la pequeña casa del penumbroso pueblo donde me encuentro escribiendo en este momento, puedo decir muchas cosas, o puedo divagar si te interesa escuchar… leer.

Sobre la noche puedo decir que es; existe, y va mucho mas allá de lo que muchos pueden pensar… no podría decir con exactitud, si más excéntrico y excesivo que en las construcciones imaginarias e ideales de los que miran desde afuera. Mi opinión es casi obtusa, efímera y sujeta a mi propia observación, a mi subjetividad; finalmente soy participante, poco analítica a veces y más bien, sobre vivida y relatora desde la experiencia.

La noche tiene personajes que se disfrazan camuflados entre las sombras de superhombres, impenetrables superhéroes, endiosados casi inalcanzables. Con la luz son otra cosa, pasean protegiendose de la exposición a la lectura que se pueda hacer en la profundidad de sus ojos; gotean misterio de lo supuestamente inadvertido, y por momentos, sus armaduras permean emocionalidades que procurar desconocer ante un posible receptor, ante la posible e indeseada vulnerabilidad.

Los seres de la noche acarician el aire con sus manos, reciben la mañana bañados en nostalgia, recordando su lugar, recordando que las calles aun siguen exhumando pesadez, registrando tacones, registrando risas y complicidades envueltas en lascivia. En el día es gris, en la noche es negra, como el vacío y la ausencia… como la búsqueda de sentido que se ahoga en las delicias bacanales de lo que para algunos puede ser perdición o decadencia… después de un tiempo yo lo he empezado a llamar sublimidad. Cerrar los ojos, caminar seguros de que están siendo observados, o tal vez no, pero para si, para adentro, la noche es nuestra.

Villa de Leyva, Noviembre de 2009

(Imagen tomada de Little Ramonas www.littleramonas.com)

lunes, 19 de octubre de 2009

BLACK HALLOWEEN

El sol se termina de apagar en el horizonte y con la última línea de luz naranja que enmarca las pequeñas estructuras que dan forma a una ciudad, Morph se prepara para darle vida a los seres de la noche. Son anfitriones y, por una noche, señores de la oscuridad… han invocado a Konrad Black que con sus sonidos, convoca las sombrías almas capitalinas, quienes en búsqueda de sublimación, se perderán en la ambigüedad de la belleza y la decadencia propias de un Black Halloween.

En esta nueva edición, que se proyecta como uno de los mejores eventos morph del 2009, este colectivo, ya posesionado en el EDM capitalino, pretende recrear dentro de las paredes del delicioso Dann Colonial del la candelaria, la dualidad existente entre la luz y la oscuridad, encontrar el medio y llegar a un punto de opacidades, que logre sacar de cada uno el lado escondido y de repente indecente de la siempre ambigua personalidad que habita en nuestros cuerpos. Es la única noche del año en la que todo esta permitido y todos pueden ser lo que quieran ser. Un área exclusiva para los escogidos, y privada, para conservar la intimidad de las mutaciones que se llevaran a cabo en esta noche, que celebra la muerte.

El círculo de la familia Morph, que se siente profundamente identificada por el “mood” de la fecha, se termina de cerrar con las apariciones grises semi-grafitadas de Memek, que viene por una noche a inundarnos del renaciente techno de su “hometown” NYC; Dan wein, ya habitante permanente de las madrugadas locales; y por supuesto, la composición visual de VIDEOmeetsRADIO que, como siempre, pretende hipnotizarnos en medio de una recopilación de imagenes que representan todos aquellos personajes que han evocado el significado de lo sobrio a través de las ultimas décadas, dejándonos encerrados dentro de aquellas imágenes que nos hacen sonreír maliciosamente, movidos por nuestras propias oscuridades.

martes, 13 de octubre de 2009


OCTUBRE 10 DE 2009... DEPECHE MODE EN BOGOTA COLOMBIA...
De las mejores experiencias de mi vida... por fin entendi que quiere decir "hit me with music"... "reach out and touch faith"... still numb by the sounds... still feeling free by music...

jueves, 8 de octubre de 2009

Modelo Actancial, semiótica literaria

El mundo literario tiene una dinámica de significados y significantes, que no se limitan solo a la palabra dicha, o al mensaje completo de una obra terminada. Para captar integralmente la intencionalidad de un texto, se deben desglosar sus partes y entender el contexto creativo del autor y a su vez, el micromundo del lector; finalmente están ligados en el punto de coyuntura del entendimiento y la reflexión. Como afirma Daniel Murillo en su ensayo sobre semiótica y creación literaria: “un texto literario no significa por las palabras, la redacción y la sintaxis, sino que se remite a otro tipo de signos a través de figuras literarias, lo que permite que haya un carácter simbólico en un texto y que remita a la narración… y a la referencia...” .

A partir de este principio, el filosofo francés, Ricoeur, habla de la división de la significación en tres elementos: el qué (lo que se quiere decir), el como (lo que lo dicho significa) y el acerca de que (a lo que hace referencia) . Siendo estos dos primeros los abordados por Propp y Greimas en sus estudios de la estructura de relatos y cuentos. En 1928, Propp publica su libro “Morfología del cuento”, en el que describe su análisis de los cuentos populares lituanos, a través del cual, descubre puntos comunes que dan vida al hallazgo de una estructura en la narración y la posibilidad de clasificaciones de las funciones de los personajes, a lo cual se le llamo “Las funciones de Propp”.

De esta manera, este modelo presentaba 31 puntos recurrentes (como la hibrys, némesis y anagnórisis de la tragedia griega), que a pesar de que no se presentan dentro de todos los relatos, son bastante constantes y generalmente siguen el mismo orden. Estos elementos son clasificados mas tarde por el mismo en siete tipologías de personajes arquetípicos llamados actantes (que son el personaje y no el actor), que representaban un comportamiento y un rol social. Estos eran: Héroe, bien deseado, donador, mandador, ayudante, villano y traidor. De esta manera pone toda la importancia sobre la acción, más que sobre el actor mismo. Es decir, lo importante es lo que se hace, no quién lo hace, ni cómo lo hace. Este modelo es adoptado y aplicado por Souriau en el teatro en su libro “Deux cent mille situations dramatiques” (Doscientos mil situaciones dramáticas).

Basado en estas teorías, Greimas simplifica el modelo actancial de Propp a 6 funciones principales y les da una connotación mas sintáctica a la estructura propuesta. Pasa de ser una simple categorización actancial basada en la acción, a una categorización semiótica en la que lo importante es la relación entre el sujeto y el objeto, la trayectoria del hilo conductor entre estos dos, que finalmente es la acción. El modelo actancial, dice Greimas, es en primer lugar la extrapolación de una estructura sintáctica. "Un actante se identifica con un elemento (lexicalizado o no, un actor o una abstracción) que asume en la frase de base del relato una función sintáctica: están el sujeto y el objeto, el destinatario, el oponente, el ayudante, cuyas funciones sintácticas son evidentes” (Ubersfeld, 1974). Entonces el actante se convierte en un elemento de relación entre el sujeto y la acción, el detonador de las situaciones, dando paso a entender este modelo como la forma de dividir las acciones en sus partes, dependiendo de su función. Es por eso que el objetivo de cualquiera de los actantes puede estar representada en uno o varios personajes.

A pesar de ser un modelo excesivamente generalizado y a veces confuso, tiene una vigencia que va mas allá de las particularidades. Desasociando el concepto de actor con el de actante, de tal manera que se pueda observar la composición literaria como un mapa de sentidos que nos lleve a la comprensión de aquel mensaje que quería ser transmitido por el autor y a la adecuada adaptación de este mensaje en nuestras propias subjetividades como lectores.

martes, 6 de octubre de 2009

DISPARO

(Declaración de libertad... Buenos Aires, Agosto de 2007)

Un disparo me sacó de un sueño no muy profundo. Si, había sido un disparo, me lo repetí varias veces antes de abrir los ojos; incluso con ellos ya abiertos, seguía escuchándolo en mi cabeza. No fue muy cerca, pero si lo suficiente para sacarme de mi ritmo nocturno. No soñaba nada en espacial, solo dormía, así que en realidad, no lamentaba tanto estar despierta.

Entro en razón para darme cuenta de que estoy empapada en sudor, la humedad de las sábanas y la pijama pegada a mi piel hicieron tan incómodo el momento que es imposible seguir durmiendo. No queda más remedio, me levanto y empiezo a pensar. Miro el reloj, son las 4.05am. No hay mas remedio, ya no puedo volver a la cama.

Abro la nevera, hago el mismo recorrido visual de siempre<. medio tomate, medio limón, pasta de hace mil años, botella de agua, media caja de leche y un pedazo de queso. Tomo el agua, cierro la nevera y me voy al balcón de mi pequeño departamento de la Recoleta, a mirar las calles de la ciudad que a pesar de las adversidades nunca duerme. Esta madrugada especialmente silenciosa me reconforta, me siento en mi sillita amarilla y recuerdo el disparo. Podría haber sido tantas cosas, no me imagino en este momento, con el sereno dulce de la mañana, que hubiera sido lo que ha sido. Lo que si regresa a mi mente con mucha sorpresa después de tanto tiempo, fue la bomba de aquel octubre en la lejana Bogotá. Mi Colombia querida como te extraño, tu olor a sal costeña y a lluvia de montaña; tu sabor a cocina de negra sabrosona y a comida de leña; tu gente que sonríe aunque solo sea porque no hay nada que decir; tu chabacanería que causa gracia… sin embargo, no es eso lo que recuerdo en este momento, es la otra parte la que esta en mi cabeza ahora, en este momento.

Aquella noche dormía profunda después de un largo día de trabajo. De pronto un estruendo mucho más fuerte que el de hoy, me sacó de la cama mucho más frenéticamente que hoy. Salí soñolienta pero asustada a la luz y lo siguiente que vi fue desastre. No entendía nada. Por un momento mi instinto me decía que volviera a la cama a dormir. Seguía dormida, pero el llanto de Sarah, mi amiga y compañera de departamento, despertó mis sentidos y me dejaron estupefacta ante lo que veía. Caminé como sonámbula encima de los vidrios de nuestra hermosa ventana que había quedado hecha añicos y nos dejaba a la intemperie de la fría noche. Me asomé al enorme vacio y solo vi destrucción, gente tirada en las calles, fuego, sangre chamuscada y el aura dolorosa que produce una escena como está. No entendía, ni sentía nada. Ni miedo, ni dolor en mis pies ensangrentados, ni el sonido de las sirenas de las ambulancias que ya llegaban, ni el olor que luego reconocí en todos los rincones de mi guarida, el olor a cosa quemada. Éramos parte de una de esas noticias que vemos todos los días en televisión y pasamos rápidamente el canal por lo triste, y ya siendo sinceros, acostumbrado de la información que presentan.

Sarah y yo seguíamos sin entender nada, irónicamente nuestra TV dejó de funcionar, así que estábamos aisladas, solas, no sabíamos nada. Nuestro vecino tumbó nuestra puerta para asegurarse de que estuviéramos bien, entonces, regresamos y recuperamos la cordura. Había sido un atentado de la guerrilla contra un famoso político. Resultado: 9 heridos, 0 muertos y un pánico colectivo que todavía no desaparece, que nos tiene a todos los que vivimos esta realidad tan maluca, sometidos al exilio voluntario. Consecuencias personales: 3 meses de pesadillas desgarradoras, acompañados por llantos espontáneos, fragilidad y miedo a la vulnerabilidad de mi cuerpo, todo se acaba en un momento. 

Así fue, como algún día, termine lo comenzado, recogí mis cosas y me abrí lejos. Me vine a la Buenos Aires de mis sueños, de tango y malbec mendocino.

La madrugada no esta muy fría, finaliza marzo y las últimas noches de verano dejan la sensación de frescura que arrulla hasta el peor insomnio, pero igual, ya no tengo sueño. Entro un segundo, armo un porrito madrugador y fumo de regreso en el balcón, sola como la mayoría de las veces. Es lunes en la mañana, ya el sol empieza a salir y yo muy volada me rió del recuerdo de algunas travesuras de los últimos días... la música me hace cantar alto y me da felicidad. Son las 8 y han sido horas felices, pero podría volver a dormir un rato más. Me recuesto, duermo.

A las 12, abrí un ojo con mucho cuidado de que el sol que entra por mi ventana no me maltrate mis pupilas... me rió de las tonterías que pienso incluso cuando aún no estoy despierta. A mi lado no esta Juan, el ya no me quiere y su cuerpo ya no calienta su lado de mi cama. Eso hizo desaparecer de mi cara la sonrisa. Prosigo a calentar agua para tomarme un café y prendo la pantalla de mi computador, reviso mi correo. Noticias de casa: mamá tiene un nuevo gato; papá tiene un libro que yo algún día terminaré leyendo; y mi hermana habla de un nuevo dilema existencial que me encanta leer porque escapo por segundo de los míos propios. Noticias del Colombia: Proceso de desmovilización paramilitar al rojo; se escapa el ministro secuestrado; políticos vinculados con el narcotráfico. Típico.

Me sirvo mi café, tres cucharadas de azúcar y vuelvo a mi balcón. En el departamento que queda justo en frente del mio hay mucha gente, me llama la atención como dos mujeres, al parecer madre e hija, lloran desconsoladas y pienso en mi mamá y mi hermana. El morbo de mi voz interna me impide dejar de mirar. Curiosidad… virtud y defecto. De repente, una ambulancia entra al edificio de en frente y dos paramédicos se bajan sin mucha prisa con una camilla. Mi corazón empieza a latir fuerte, no entiendo nada, siento que tengo un rompecabezas desarmado dentro de mí y no me va a gustar la figura que voy a armar.

Dejo el café a la mitad y bajo corriendo en pijama, tengo miedo de que esto tenga que ver con el disparo de anoche. Me arreglo la cara en el espejo del ascensor y me recojo el pelo desordenado con un elástico que tengo en la muñeca y enseguida se abre la puerta. El portero observa atónito la escena. Con las manos sobre su enorme panza, hace fuerza hacia abajo mientas se empina para lograr ver mas lejos. En ese momento estoy mas que segura que es imposible que lo logre, así que le toco el hombro y lo saco de su peripecia.

Rápidamente y sin pensarlo mucho le pregunto:
- ¿Que esta pasando? – dejo de respirar en ese momento.
Me mira de arriba abajo y responde vagamente:
- El muchacho, un muchacho del frente…
- ¿Qué paso con el muchacho?- le pregunto ansiosamente y ya no puedo estar tranquila hasta saber que pasa.
- Se puso un tiro en la cabeza esta madrugada y parece que lo encontraron esta mañana.

Voltea la mirada y sigue intentado ver todo lo que pasa al frente, pero yo… yo otra vez ya no soy yo. 

El tiempo vuelve a detenerse, estoy congelada en una burbuja fría, todo en pausa, hay silencio en mi cabeza. No hay justificación alguna para esta reacción tan personal, no se quién es, o quién era; no se su nombre, ni su edad y mucho menos su voz, ni el color de sus ojos o el olor de su piel; pero fui testigo de su último momento de conciencia, de su ultima acción, del sonido de su muerte. 

Mientras sacan el cuerpo sin vida de mi desconocido, quiero imaginar las facciones de su rostro, que por alguna razón me imagino hermosas, pero acompañadas de tristeza y melancolía. Deseo con muchas fuerzas que hubiera esperado solo un par de horas, un par de horas para que se hubiera asomado a su balcón y hubiera visto el mismo amanecer que me hizo tan feliz. La luz hubiera traído claridad a su mente y ya no habrían razones para terminar con todo. Con la ya imposibilidad de que por casualidad nos topáramos un día en una salida rápida, de afán, hacia algún destino desconocido, y nuestros ojos se encontraran un par de segundos.

No, no quiero regresar a mi casa ahora. Encerrarme me da sofoco, así que sin darme cuenta, me encuentro caminando sin rumbo y ya han pasado 20 minutos desde que empecé a andar. He visto caras con ojos que no me ven; con bocas que no me hablan; escuchado sonidos que no entiendo. Finalmente me siento en un banco de cualquier parque. Desconsolada y vacía. Estaba sola y mi vida por mas que lo pienso no tiene mucho sentido. Tengo 22 años y le tengo miedo a la vida. Soy lo que todos quieren que sea y no recuerdo haber sentido nunca la sensación de haber disfrutado a solas de mi propia compañía como esta mañana después del disparo. ¿Le tengo que dar las gracias entonces a la perdida de otro por el momento que me ofreció su muerte? No conozco los riesgos de ser yo y nunca he hablado conmigo misma sobre mis miedos, mis rabias ni mis deseos, que hoy están manifestados en la muerte de alguien que jamás conoceré, porque se perdió en los suyos propios.

Al tocar mi cara siento la humedad de las lágrimas que salen espontáneamente de mis ojos… ellos miran hacia el frente, pero realmente apuntan a ningún lado. Lloro y sigo llorando por aquel que pudo ser mi amigo, mi amante o mi amor. No conocía su vida, ni sus motivos, pero me siento ligada a él por el fino hilo de la desilusión. Lo amo y lo odio por no luchar, por no creer, por no esperar la luminosidad del día que siempre trae consigo la calma y la serenidad de una mente clara. Pero finalmente, no soy yo la que esta saliendo por esa puerta en una camilla, yo desperté luego de su muerte, yo sigo aquí.

Este pensamiento repentino me deja flotando en una nube rosa que me lleva volando de regreso a casa. Si es una nube, o bueno algo parecido. Lo que sé, es que voy volando y la lluvia que golpea despacio mi cara ya limpio las lágrimas. Nada parece tan oscuro ahora.

¡Adiós y Buena Suerte a tu Alma Perdida, Porque yo Estoy Viva y Siempre va a Haber Tiempo Para Esperar el Sol!

jueves, 1 de octubre de 2009

HALLOWED

“Es una noche oscura, o, tal vez no lo es tanto… pero tengo los ojos cerrados, mis parpados están cansados, estoy aletargado entre mis propios movimientos. Hay destellos de luz, me someto al hipnotismo de las pantallas, a las imágenes familiares que me recuerdan todas aquellas fantasías que no les cuento a nadie, pero que vuelven la necesidad de cerrar los ojos y bailar. Aquí no hay finales ni salidas, todos los caminos son un camino de vuelta. Se adormecen mis sentidos, me desaparezco lentamente dentro de mi cuerpo, soy ajeno, soy otro.

El tiempo no es lineal, a veces es ahora, a veces el pasado, a veces veo el futuro. Siempre siento miedo, el piso tiembla entre los bajos que retumban el espacio desbordado en sonidos que pueden ser aquí o en otros lugares que ahora puedo recordar, antes fueron mi morada, hoy son mi refugio. Veo trampas en todos lados, me sorprenden, pero no me intimidan.

Te veo por el lente de mi cámara a los lejos y te acercas lentamente sin llamar la atención, empujando multitudes sutilmente. Me susurras al oído que sabes quien soy, el aire que sale de tu boca entumece mis hombros. Entonces, me preguntas por alguien que conozco pero ya no esta alrededor, creo que ha muerto y siento el temor del asesino. Respondo con disimulo para no exponer mi culpa. Al parecer, fui yo quien lo mató.”


“Estas ahí, yo estoy lejos, donde tu no puedes verme. Palpitas entre margaritas ensordecidas por tu canto antigravitacional y la humedad perturbadora de una noche de lluvia con el cielo lleno de estrellas. Puede ser perfecto, pero te hace temer ante la sincronía de los hechos. Se dilatan tu pupilas, yo lo se… es por eso que has huido. Eres casi animal… impresionable, semi industrial.

Escucho desaparecer lentamente tu abusivo taconeo y pienso en tus rodillas… en tus piernas que nadan por mi cuerpo cuando nos dejamos llevar por los iguales y pretendemos que nada nos importa. Es por eso que me atormenta la distancia, me atormenta no tenerte… exaltada entre la frustración de mi sexo que se hace agua con tu lengua, te recuerdo como un sueño. Yo te recuerdo amarilla.”



Recordando sueños. Entendiendo.

viernes, 25 de septiembre de 2009

Semiótica... mas allá de lo evidente

El conjunto social al que pertenecemos, como miembros del mundo en el que vivimos, nos brinda las múltiples posibilidades de comportarnos, pensar, reflexionar y actuar dentro de determinados modelos y normas. Dichas normas están enmarcadas ellas mismas por conceptos y dogmas que se quedaron viviendo en nuestros propios imaginarios colectivos como verdades absolutas e irrefutables. De vez en cuando tiene el privilegio una generación de ser testigo de una revolución, en la que el ciclo vuelve y comienza, para que nuevos fundamentos presidan nuestras vidas. Nisbert propone el cambio como, “una sucesión de diferencias en el tiempo en una unidad persistente”[1], siendo esta unidad persistente el espacio, no siendo este el que muta, sino el que permanentemente habitamos dentro de sus propias trasformaciones.
En un mundo como en el que vivimos hoy, en el que todo cambia constantemente sin dejar espacio a la digestión de la situación actual para pasar al siguiente tema, entender razones y consecuencias, para después entenderse uno mismo en medio de este contexto, se hace cada vez mas difícil, ya que el tiempo, a diferencia de lo que puede decir algún físico dedicado, pasa mas rápido e inconstante que en otras épocas. No hay lugar para detenerse un instante y analizar los elementos que nos propone el espacio. Es a partir de esta inquietud social, creativa y sensorial que parte mi necesidad de adentrarme en el mundo de la semiótica. Entendiendo esta como “la ciencia que estudia la vida de los signos en el seno de la vida social” según el lingüista Ferdinand de Saussure, o como la “relación entre el sujeto que conoce y el objeto conocido en búsqueda de la generación de sentido[2]” que es como la define el teórico de la semiológica estructural, Gremais
En un mundo donde la palabra escrita esta siendo, en gran medida, subvalorada, para dar paso a medios más sencillos de descodificación, un escritor puede sentirse frustrado y mudo; abandonado a su propia suerte en medio del caos de su mensaje no leído. Un mundo que se pierde en la desmesura del facilismo que propone lo inmensamente visual y evidente, dejando a un lado la posibilidad de reflexión y análisis sobre la información, permitirse tener ideas propias y distintas una de otras sobre el mismo objeto. Leer mas allá, ver mas allá… reconocer elementos relacionados y ser capaces de hacer uso de la dialéctica, sin ofender la inteligencia de los otros, ni la propia. Desarmarlo todo y observar cada una de sus partes, para luego entenderlas como compuesto de algo más grande. El mismo Eco decía en su libro “La estructura ausente” que “los sistemas de significados se constituyen en estructuras que obedecen a las mismas leyes de las formas significantes”[3].
Entonces, el escritor entiende que incluso aquellos lenguajes, supuestamente facilcitas y evidentes, no lo son tanto, guardan en ellos una serie de signos y códigos que se relacionan directamente con aquel que lo esta observando, sea quien sea el observador. Son lenguajes más asequibles, menos elitistas. Finalmente la cultura es directamente un fenómeno de la comunicación, y es a partir del entendimiento de este concepto, donde se hace mas sencillo dejar de juzgar y ser simplemente observador y en ultimas vividor de esta verdad irrefutable. A cambio de dejar a un lado la frustración que pueden producir los clichés y banalismos de los elementos mas destacados de la cultura contemporánea, se prefiere entenderla desde adentro, desglosando sus partes y tal vez de alguna manera llevar alguno de esos elementos mas allá o mas profundo, desde su base hasta su evolución.
[1] Nisbert, Robert. Cambio Social. El problema del cambio social. Alianza Editorial. P. 12
[2] Greimas, Algirdas. On Meaning: Selected Writings in Semiotic Theory. London: Frances Pinter.

[3] Umberto Eco. La estructura ausente. Editorial Lumen. 1994.

martes, 22 de septiembre de 2009

ENCUENTROS I

Mar fue al supermercado por pura necesidad, su nevera estaba vacía hacia una semana y necesitaba alimentarse. El aburrimiento de una caminata nocturna en pleno sábado en la noche no le hacia mucha gracia, pero la soledad de su departamento era aún mas patética. Salió casi en pijamas porque encontró inútil ponerle mas empeño a su aspecto en un día como aquel, y como cualquier otro de las últimas semanas. A la larga, no encontraba merito a un poco de fachada a lo que, para ella, ya estaba dañado por dentro. La monotonía de los días vacíos, de aquellas temporadas ausentes de cualquier tipo de sentimiento o sensación invadían su cotidianidad, las horas pasaban con una velocidad inconstante en el reloj de pared de su alcoba, mientras ella debajo de sus cobijas veía las agujas girar y girar, absorta e inmóvil, perdida entre el entendimiento de la profundidad del espacio y la calidad del aire que creía respirar.
La luz blanca y poderosa del super, que podía ver desde un par de cuadras antes, le llegó como caída del cielo, ¿que mejor lugar para divagar que el callejón de las latas de sopa? Tomo un carrito y con la cara absurdamente neutra, caminó lentamente comenzando por las verduras.

Mientras Tomás preparaba los últimos detalles para la velada de aquella noche, descubrió con horror que había olvidado comprar casi la mitad de los ingredientes de la cena. Era noche de conquista y había trabajado mucho a esa nena para que por un descuido pasajero, no pudiera preparar el único plato que sabia cocinar. Faltaba un poco menos de media hora para que llegara, así que agarró la billetera y salió con prisa. “Siendo sábado en la noche no podía estar muy lleno el super” pensó. Mientras caminaba, se concentró para recordar un par de razones lógicas que lo hicieran sentir emoción o por lo menos deseo de su próximo encuentro, pero dentro de si solo encontraba apatía. Ella no era nada de lo que el buscaba, pero era la que todos los demás querían.
Entro al Super, tomó una canasta y se dirigió la sección de pastas.

Mar recordó su amor por los olores cuando llegó a las frutas, nadó entre los duraznos escogiendo los mejores, los llevaba a su cara y los olía profundadamente mientras, con los ojos cerrados, se dejaba transportar a algún día de verano. A unos pocos metros, mientras Tomás recordaba la diferencia entre tallarín y espagueti, como por reflejo volteó un par de minutos la mirada buscando la presencia de alguna amable señora que lo sacara de su duda, pero en cambio, descubrió la absurda escena que lo sacó momentáneamente de su irrelevante dilema. Una pelirroja despeinada, en pantuflas de colores y saco de invierno, extasiada entre las frutas como si fuera lo más hermoso que hubiera visto en su vida. Sonrió solo y sin complicidad evidente, la observó con cara de niño y quiso ser ella, tan poco aferrada a la opinión del mundo alrededor suyo, tan inmersa en el suyo propio, capaz de todo… capaz simplemente. Entonces Mar terminó de escoger sus duraznos y continúo su recorrido. Tomas volvió a lo suyo desconcertado y se decidió por los tallarines.
Ambos caminaron un par de minutos conversando atentamente con sus propios pensamientos, absortos por los colores de las repisas. “Que vendrá después”… “Que sentido tiene…” “Será lo mejor…” “Habrá algo mejor…” “Será siempre así…” “Acabara pronto”.
Mar terminó con las verduras y le dio un poco de pereza continuar con lo demás, así que decidió pasear con su carro por todos los pasillos, muy lentamente, viendo por encima sin ningún punto en particular. Mirando entre los espacio de los pasillos paralelos con los ojos entre cerrados tratando de enfocar, freno de repente cuando encontró algo que no estaba buscando. Sonrió maliciosamente como hacia mucho tiempo no lo hacia y su instinto sugerente retorno como en aquellas épocas que tenia olvidadas. Lo pensó un par de segundos y corrió por los pasillos buscando ayuda para su aspecto. Frente a un espejo se soltó su largo cabello rojo, se quitó el viejo saco gris y se burló un poco de su descuido. No, no tenia arreglo, pero no le importó. Corrió de vuelta y lo buscó por todos lados, pero no lo encontró. Había desaparecido. Tal vez se lo había imaginado en su afán de relevancia. Decepcionada, decidió volver a casa a seguir hundiéndose en la espesa nostalgia depresiva en la que se había convertido su vida. Llegó a la caja y empezó a hacer la fila.
Tomás estaba a punto de arrepentirse de sus planes nocturnos, seguía sin encontrar razones y el fastidio de aguantarse a alguien tantas horas sin tener nada en común lo tenia incómodo. De cualquier, manera tomó todo lo que tenia en su lista y camino mirando al piso hacia la caja. Era solo una noche, era solo una nena.
Un olor a vainilla lo hizo levantar la mirada y gratamente sorprendido, encontró frente a él a la pelirroja graciosa de las frutas, se había soltado el cabello, era de ahí de donde se desprendía aquel aroma infantil pero cargado de sensualidad que le quitó la tranquilidad. Quiso lamerla un poco, pero se contuvo sin esfuerzo, para hacerlo en su imaginación. La miró fijamente buscando su atención, sus ojos miel en los suyos, su cuello largo doblado exquisitamente hacia su lado, sus labios húmedos regalándoles una sonrisa. No lo consiguió, entonces fue más invasivo. Adelantó el brazo y rozando sutilmente su mano, tomó un chocolate del mostrador… fue en ese preciso instante que sus miradas se cruzaron. Tomás y Mar se respiraron encima, como premeditando un beso que nunca se darían. El pequeño instante que sintieron eterno, pasó tan lento como rápido, como las agujas del reloj de pared, como los pensamientos perniciosos, como las ganas de que todo fuera diferente, para encontrar finalmente que todo es igual.
Ella regresó la cabeza con el corazón desbordado, tratando de poner cara de normalidad, si es que eso existía. El pensó en mil formas de comenzar a hablarle, las ensayó mentalmente mientras pasaban las dos personas que estaban antes de ellos. Incluso, cuando ella ya estaba pagando, seguía con el impulso en los labios y en las manos. Mar lo estaba esperando. Tomó sus bolsas y lo miró por ultima vez pidiéndole sin hacerlo que le diera una señal, que le diera una sonrisa implicada, una palabra de invitación, un gesto que la incitara a ser loca y dejar de pensar. Pero no lo encontró, por lo menos no dentro de sus propios códigos. Así que finalmente se dio vuelta y mientras el comenzaba a pasar sus cosas en la caja, ella caminó lentamente hacia la puerta. Cuando finalmente salió, recobró su velocidad normal y con cada paso fue olvidando el episodio. Pensó en ella y se sintió mas tranquila, como liberada, era hora de salir de la nube negra.
Tomas pagó lo mas rápido que pudo y corrió hacia la puerta, salio súbitamente esperando encontrarla parada en alguna esquina, pero no fue así. De camino a casa lamento su cobardía. Cabeceo volviendo a la realidad, su nena estaba por llegar.
"Muchas pueden ser las patrias de un escritor, se me ocurre ahora, pero uno solo el pasaporte, y ese pasaporte evidentemente es el de la calidad de la escritura -dijo, en voz alta, en su discurso de agradecimiento por el premio Rómulo Gallegos a Los detectives salvajes -. Que no significa escribir bien, porque eso lo puede hacer cualquiera, sino escribir maravillosamente bien, y ni siquiera eso, pues escribir maravillosamente bien también lo puede hacer cualquiera. ¿Entonces qué es una escritura de calidad? Pues lo que siempre ha sido: saber meter la cabeza en lo oscuro, saber saltar al vacío, saber que la literatura básicamente es un oficio peligroso."
Bolaño

domingo, 6 de septiembre de 2009

AQUI...

El sol esta encendido, es una mañana acalorada en la ciudad del frío, donde la piel se esconde detrás de la inhóspita vestimenta que combina con el color del humo desprendido por las calles. Nubes negras que se desvanecen, a veces sin haber sido apreciadas en su propia belleza.

La ciudad, construida a imagen y semejanza de alguna vieja referencia de aquellos que llegaron sin historia asociada a la tierra. Pobres escépticos hasta de su propia existencia, que ignoraron el mensaje de amor y comunión que este mismo sol, que seduce hoy la salida, les susurraba a sus oídos sordos en las playas azules que los cegaron de asombro.

Esta, creció adolescente y confundida entre el significado del ser y la propia identidad. Inocente e ingenua como aquellos que la poblaban entonces y los que la siguen poblando hoy, prefirió pensar sin riesgos en lo que le funcionó a los otros, caminar por campo seguro.

Los árboles danzan al ritmo de la inestable brisa, abren camino y se recuerda al mar, que a lo lejos llama suplicante la visita atenta de un observador sosegado, de un amante perdido, de un cauteloso pensador, de ti y de mi juntos… todo, desde antes que reventara la primera ola, desde antes que existiera el te amo, los abrazos que encajan, las risas que lloran o el chocolate caliente con cigarrillo.

El ambiente se inflama hasta estallar la burbuja y los ojos se abren para descubrir que el olor a sal es solo un recuerdo. En cambio, la incansable montaña se precipita inconstante en el oriente, anunciando la hora, anunciando el espacio, anunciando el presente. “Estas aquí, son las 4.25 pm de un día de sol, es Bogotá, estas viva… eres feliz”. Sonrisa, seguir caminando por la larga calle que atraviesa la ciudad, esa que por partes tiene las líneas desdibujadas y permite pensar, por algunos segundos de delirios, que somos verdaderamente libres para caminar por donde queramos.

La velocidad excedida de un taxi vuela mi cabello expuesto al sol como una bandera recién izada, los sentidos se agudizan y se regresa al estado de alerta, estado de caza si es posible. En este lugar, el que no pierde es porque se le gano a otro. 

Es así como decido seguir mi camino, aquí, ahora, yo con los ojos bien abiertos… entonces, cruzo la calle. Llego.

lunes, 24 de agosto de 2009

HABIA UNA VEZ...

Había una vez una burbuja que nació de un largo suspiro y se quedo suspendida en el aire por una eternidad finita que término antes de que empezara, fue como hacer magia. 

Creo que si hubiera pensado, si alguna vez hubiera sido, hubiera dicho: “Soy persona”. Pero en cambio se diluyo en mi lengua y me supo a agua. Al principio me dio frío, pero después decidí olvidarlo. Fue una linda experiencia, una linda sensación… linda como aquella vez que decidí escribir una historia sin final, y es por eso que solo yo la leo y decido cuando comienzo.

CAPITULO 423: Cosquillas…

El ladrón del antifaz se reía con los ojos cerrados, se deslizaba por los pasillos vacíos de las vaporosas noches de verano para robarse las luces navideñas. Su maravilloso plan estaba dando resultado, y pronto podría conquistar el mundo. Nunca nadie lo sospecho, era una ecuación perfecta.... pero no la voy a revelar.

CAPITULO 45: Frutillas con crema

El día de la fiesta se sentó en el sillón en medio de Minervina, la petiza pelirroja que hacia bombones para su perro, y María Dolores, su tía abuela. Estaba resfriado y por eso no pudo disfrutar del rico perfume de ella, la que lo miraba de lejos. Tímida e impaciente.

Tenia días haciendo un retrato perfecto con las acuarelas de su madre sobre aquel sueño que lo hacia despertar vibrando, sudando. Sabia que era un llamado de su consciencia, sabia que el sueño le relataba la historia de su vida, que hablaba de la semilla, que hacia brotar la planta, que luego daría el fruto, un comienzo…. Después todo se tornaba rosa escarlata, como los rizos de Minervina, como las frutillas con crema de esa chica que lo miraba de lejos... que linda chica, que lindos ojos… Sin embargo, siguió sentado en el sillón pensando en el sueño, en su destino.

En mi historieta todos los personajes son como yo quiero que sean, yo los creo, nacen de un soplo, de un suspiro y se quedan suspendidos en el tiempo infinito, que empieza, pero nunca termina.

sábado, 15 de agosto de 2009

Instrucciones para llorar (Cortazar)

Dejando de lado los motivos, atengámonos a la manera correcta de llorar, entendiendo por esto un llanto que no ingrese en el escándalo, ni que insulte a la sonrisa con su paralela y torpe semejanza. El llanto medio u ordinario consiste en una contracción general del rostro y un sonido espasmódico acompañado de lágrimas y mocos, estos últimos al final, pues el llanto se acaba en el momento en que uno se suena enérgicamente. Para llorar, dirija la imaginación hacia usted mismo, y si esto le resulta imposible por haber contraído el hábito de creer en el mundo exterior, piense en un pato cubierto de hormigas o en esos golfos del estrecho de Magallanes en los que no entra nadie, nunca. Llegado el llanto, se tapará con decoro el rostro usando ambas manos con la palma hacia adentro. Los niños llorarán con la manga del saco contra la cara, y de preferencia en un rincón del cuarto. Duración media del llanto, tres minutos.

Julio Cortázar

http://www.juliocortazar.com.ar/

domingo, 9 de agosto de 2009

cuando ya no estás

La neblina inunda las montañas en el horizonte incierto de esta ciudad colmada de ruidos que amanecen los oídos de los pequeños ciudadanos, de las raras multitudes llenas de dudosos destinos. Hacemos parte de eso ciertamente, queremos creer mejor que somos especiales, o tal vez diferente en nuestras propias formas. Si, lo somos realmente, pero somos el todo y la nada, la nada que subyace y el tiempo que pasa lento o rápido, según lo cotidiano de la continuidad redundante que rodea el espacio.

Comienza el día entonces con un suspiro profundo y retenido que esperamos que dure para siempre, porque es gratificante sentirse vivo por primera vez en esta vida. Morimos cada noche, renacemos cada día, llenos de esperanzas que se van disipando con los aconteceres permanentes que mitigan nuestros sueños.

Fue en uno de esos días en los que el suspiro se hace más extenso, que te conocí, la vivacidad ahondaba hacia lo más profundo de mí ser y fui capaz de todo. Fue así como me acerque a tu vitrina, iluminada y misteriosa, siempre sabiendo que tal vez en lo profundo la luz no había llegado, pero me sentí capaz de llenarla de la mía propia. Esa aun estaba débil, pero estaba viva. Hoy solo pienso que debí dejar mi llama encendida mucho mas tiempo, llenarla de fuerzas antes de siquiera querer compartirla, saturarla de momentos, experiencias, dolores… ponerla a prueba ante mi, antes de ponerla a prueba ante el poder de cualquier otro. Pero eso ya pasó, vuelvo al punto entonces donde el tiempo sigue pasando y no hay vuelta atrás. La tierra sigue girando y el sol sale y desaparece en el horizonte desde antes que yo existiera e incluso hasta después, cuando ya no esté. No quisiera hacerte daño, ni derribar tus estructuras, pero querido mío, también seguirá pasando incluso cuando tu ya no estés.

Hoy para mí ya no estás, y puedo decir con conocimiento de causa que todo ha seguido pasando, sino tal vez estas palabras no estarían saliendo mientras sonrío incoherente ante lo superfluo del entorno. Entonces recuerdo cuando ya no estuve para muchos y pensé, y sigo pensando muy ingenuamente, que sus vidas se detuvieron, o mejor aún, se quedaron suspendidas en el tiempo eterno de aquellos instantes en los que yo pertenecía. Pertenecer, ese es el dilema. Justo o indeterminado, todo sigue pasando y aunque a veces quisiéramos que todo se detuviera para volver a respirar profundo antes de seguir, eso es solo posible en nuestros hostiles imaginarios, en el paralelismo de nuestras creaciones. No juguemos a la piedad, no hay nada más importante para cada uno que lo propio, entonces te considero justo, porque hiciste lo que debías hacer.

El día sigue pasando y la música acompaña nuestros pensamientos, alguna vez dijiste que esta nos haría libres y te creí, es evidencia de que aun sigues en mí, tu recuerdo me acompaña con el café caliente de la mañana. Mientras tarareo melancólica todas aquellas melodías que me recuerdan a ti, también te dejo ir con cada nota. Es así como comprendo lo que querías decir, con cada segundo que ha pasado desde que te fuiste, con cada palabra dicha, arrepentida, sostenida, arrastrada, mentirosa y engañada, te has ido lentamente y ahora solo quedamos yo y mi café. En este momento, claro, no se que será del próximo.

El primer cigarro de la mañana, las luces se hacen más claras y la música mas estridente. Felicidad, anoche fue una buena noche. Subjetividad absoluta, porque es seguro que si me asomo a la ventana y veo la calle, entre la gente que deambula abrumada por sus propios asuntos, pueda leer en la mirada perdida de algún transeúnte los ojos tristes que caracterizaban los míos hace algunos días. Podría sentir pena por ese, o tal vez no, tal vez me sienta empática y abrace su momento como el mío propio, entonces me sentiré feliz de que hay vida en este mundo y ya no estoy soñando sino viviendo intensamente, rodeada de la sobriedad de lo real y no embriagada entre el engañoso deseo de la añoranza. Añorar, entre la batería hueca y deteriorada de algún músico decadente que cortaría sus venas para hacerse un espacio en el mundo consciente de todos aquellos que no les importa un bledo su sangre, pero que aman tener algo en lo que ocupar su tiempo, ignorantes de la profundidad de sus propias historias. 

Patética es la existencia desconocida, pero mas patético es  que no haya nada dentro de uno mismo, que no existimos mas allá del otro, no saber que interiormente existe un mundo coloreado por nuestros propios colores, los colores que de niños pintaban los paisajes que se posaban ante nuestros ojos; mar, pájaros, tierra, casas, chimeneas humeantes, nubes abultadas, calles, madres amorosas, peces, olas, estrellas, soles… anecdóticamente somos protagonistas, irreverentemente somos personajes.

Cansada de la bulla huyes por instantes y la música desaparece del escenario actual, entonces me dispongo a continuar con lo próximo. Me he preguntado millones de veces cuando va a ser el momento en el que como por arte de magia, desapareces. Magia, alguna vez me dijiste que éramos magos, que éramos magos juntos cuando hacíamos mágicos los momentos. Después te arrepentiste y dijiste que ya no había magia, que todo era concreto. Momentos, primero fue uno, después fue el siguiente y siguieron pasando, recapacitando sobre las palabras dichas, recayendo sobre los viejos clichés del amor romántico de telenovelas latinas que nos llenaron de estándares creativos basados en la pareja perfecta, en la otra mitad. No necesitamos otras mitades, la magia era entonces compartir nuestra plenitud, nuestras partes completas. Es como esta manzana que tengo en la mano. Primero fue semilla, luego un árbol que le dio sombra a algún pensador desadaptado, luego madre perfecta de la fruta prohibida, la que hoy me alimenta mientras me pierdo en filosofías arcaicas de un catolicismo retrogrado y obtuso. Completa, es una… somos manzanas todos y si quieres la fruta que quieras, finalmente el punto es que eres integralmente tu, integralmente tuyo, integralmente el todo. Yo también mía, pero algunas veces tuya, y para no hacerlo dramático, nuestra. Enredo paranoico de sentirse frágil y derretirse en las manos de otro, deshojar una flor y que solo quede el tallo desnudo, o incluso peor, perder el anhelo siempre mudo de tomar decisiones propias y absolutas que nos hagan responsables de nuestro propio destino.

La tarde es magnética y sospechosa, aun cuando no hay señales claras de algún encuentro siempre esperado, me siento acompañada y me permito seguir andando sola. Soledad, deseo permanente de envolverse en los recuerdos lejanos de quien extraña y sufre. No se trata de timar el concepto, pero no es precisamente eso lo que envuelve esta soledad tan particular. En cambio se acerca más a la necesidad de búsqueda de conceptos propios que se hacen imposibles de definir en compañía de algún otro. 

Captamos de esta forma el mensaje divino de vivir completamente encerrados en nuestros cuerpos, la unidad perfecta que rige nuestra permanencia en este plano vivencial. Cuando ya no estés, ya no estarás, el momento llegara inevitablemente aunque soñemos juntos con todo aquello que solo es posible en la presencia del otro, pero al final de esta historia que aun no termina, de mi historia, yo seguiré estando eternamente. Ese entonces se convertiría en mi único para siempre.

miércoles, 29 de julio de 2009

Fatima de Koltes despues de "Regreso al Desierto"

De repente me vi encerrada en un entorno desconocido, la vida tal cual la conocía había terminado para siempre. Mamá se ha ido, Edouard ha muerto, Mattheu desapareció en el mundo... en esta casa solo quedamos yo, mis hijos y los fantasmas de muchas otras épocas. Todos me hablan, pero yo no escucho a nadie.
Madame Queleu acompaña en silencio la ausencia del todo que subyace entre los rincones repletos de nada. Los niños son fuertes, lloran poco, pero observan todo. Son ángeles redentores, mártires de una guerra perdida.
La miseria oscurece las paredes de todas las habitaciones. El sol sigue saliendo y el cielo sigue tan azul como en aquellos días argelinos. Pero el jardín ensombrecido por la maleza del descuido, ya no me apetece.
Mande a tirar el muro, era solo imaginario. La gente pasa y pasa, mirándome, mirándonos. Se burlan con pena, pero soy yo la que siente pena por ellos, no entiende nada. Incluso por mi que tampoco entiendo: ¿Como funciona el mundo en este plano tan absurdo?
Podría saltar al abismo como lo hizo Edouard; o escapar como lo hizo mamá, llena de vergüenza. Pero el resultado seria el mismo, he vivido todo este tiempo en caída constante, alienada del mundo real, no tengo a donde ir.

miércoles, 22 de julio de 2009

LA DINAMICA DE LO UNIVERSAL A LO LOCAL

En el comienzo, con la formación de las primeras civilizaciones, los grandes líderes tenían un objetivo: proteger sus fronteras de una amenaza inminente, el miedo a lo desconocido, el miedo a la diferencia. Por tanto, cualquier síntoma de heterogeneidad era rechazado. Con la evolución del pensamiento humano, por el contrario, la búsqueda de multiculturalidad se ha vuelto cotidiana entendiéndola, como un contexto cultural que lleve al colectivo de la sociedad hacia la plenitud de la convivencia humana.
El mundo mantiene un orden, que aunque este en constante cambio, logra agrupar y determinar la personalidad de un pueblo, representado por el Estado, u “Orden de convivencia de la sociedad políticamente organizada, en un ente publico superior, soberano y coactivo…se integra con una población, asentada sobre un territorio…provista de un poder publico que se caracteriza por ser soberano y se justifica por los fines sociales que tiene a si cargo.”[1] Este nace en 1648 la firma del tratado de Wesfalia[2], otorgándole como características principales: Un gobierno central y laico; una población con características culturales homogéneas; y un territorio bien definido, con fronteras pactadas.[3] Los fines sociales, estuvieron delimitados entonces, por el denominador común, la cultura. La cual se refiere al repertorio históricamente estructurado, al conjunto de estilos, habilidades y esquemas que, incorporados en los sujetos, son usados (de manera más o menos conciente) para organizar sus prácticas, tanto individuales como colectivas[4]. Es esta relación de la que hablaba Durkheim, cuando refiriéndose a la dinámica social, decía que la sociedad se mantiene unida por el lazo de las ideas y no por una relación material.
Es hasta finales de siglo XVIII con la Revolución Francesa que se agrega el factor de la razón a esta sujeto; y con la declaración de los Derechos Humanos se genera una nueva forma de entender la universalidad, la cual acapara todos los ámbitos, tanto social, cultural, político como económico, en un principio visto, de una manera antropológica, pero que con el tiempo se ha ampliado hacia la mira del conjunto social completo como agente de observación.
Después de un largo proceso transitorio de adaptación, en 1945 con la finalización de la segunda guerra mundial, se genera la necesidad de crear organismos de control que protejan los intereses universales. Fue en el seno de estos mismos, donde nace el término de multiculturalismo a finales de los 60s, pero es oficialmente definido en informes de la UNESCO[5] y el PNUD [6] después de los atentados del 11/09 en Estados Unidos.
Esta estructura global ha generado la necesidad de supremacía de poder, los nuevos movimientos políticos y principalmente económicos están acabando con la soberanía de los Estados que son fuente importante del mantenimiento de la identidad del pueblo. El antiguo ideal de Estado-Nación se ve en declive por este nuevo orden mundial que esta empujando a la sociedad hacia la aceptación de un Estado Global que no deja espacio para la autonomía. El destino de Latinoamérica, por ejemplo, esta sumido en una espesa incertidumbre, con la firma de tratados que condicionan sus recursos y generan vulnerabilidad a su pueblo, desfigurando así su identidad de país a cambio de prosperidad económica, que finalmente es otro espejismo en el que se esta cayendo, tal cual se vivió en la época de la conquista.
Es preciso entender que las múltiples derrotas que ha sufrido el pueblo latinoamericano a lo largo de los últimos cinco siglos, tiene origen en la “adicción” a adoptar formas de vida y modelos extranjeros. Hay que replantear las verdaderas necesidades que se tienen como conjunto y estar conscientes de cuales son las capacidades y los recursos con los que se cuenta en la región –que es infinitamente rica- para suplir dichas necesidades. Priorizando la concepción de tiempo y espacio que se tiene en común, se podrá salir del conflicto social en el que se vive permanentemente, porque es precisamente la ambigüedad entre lo de afuera y lo de adentro lo que no permite llegar a un punto de acuerdo.
Entonces se podría concluir que la exploración en este ámbito debería llevar la dinámica, hacia la estructuración de una sociedad entrelazada con la diversidad, en la que haya focos de acuerdo sin perder el horizonte de lo propio, encontrar el punto de quiebre entre lo universal y lo particular y crear un centro negociable que sea un asentamiento de tolerancia para el bienestar de la colectividad. Evidenciar que cada pueblo tiene un pasado y un entendimiento de la vida y de la tierra. Esto para algunos es una utopía social, para los más visionarios, progreso.
[1] SERRA ROJAS, Andres. Teoria del Estado. Editorial Porrúa. México 1990. p. 167
[2] Tratado que le da fin a la Guerra de los 30 años en Europa
[3] PEARSON, Frederic S. Rochester, J. Martin. Relaciones Internacionales, Situación global en el siglo XXI. El sistema clásico internacional. Cuarta Edición. ED. McGraw Hill. P. 38
[4] AUYERO, Javier. Benzecry Claudio. Terminos criticos de la sociología de la cultura. Cultura. ED Paidos. P. 35
[5] Importancia de la diversidad y el respeto de esta por la realización humana, Declaración Universal de la diversidad cultural. UNESCO, 02/09/2001.
[6] Sobre la libertad cultural: Escoger y hacer parte de un contexto cultural lleva a la plenitud humana. Informe mundial sobre el Desarrollo Humano. PNUD, 2004.

martes, 14 de julio de 2009

ANGIE SUE

ANGIE SUE

Melancólica amarilla,
cedes ante la caída,
te dejas llevar.
Por primera vez lo sueltas,
no hay resistencia.

Atardeces los colores
entre la sublimidad de la paleta solar…
enterneces los calidos,
empalideces los fríos.

Eternamente tibia, naranja y mítica.
Caminas crujiente,
sabes que eres observada con asombro.
Admiras con el anhelo mudo
del que agradece en silencio
cuando abonas la tierra con tu paso.

Transitiva y absoluta.
Regresa a mi las ganas de cambio,
es tiempo de mutar.

Escarcha gris,
rigidez hiperbórea,
aire verde azul,
frío centellante…
eres belleza bruta
a la que no le hacen gracia las palabra.

Tu postura hela profundamente,
no provocas vida,
pero no te temo,
eres solo mortal ante el miedo.
Logras cambiar las percepciones,
inquietas mentes,
engendras dudas
y luego,
das a luz la posibilidad de un nuevo mundo,
la posibilidad de otro comienzo.
Entonces, te vuelves delicada,
me haces sonreír

Florece en mi pequeña,
ilumíname de azul las noches frescas rodeadas de polen.
Dame un poco de tu almíbar,
rica flor,
dulce piel,
linda voz.

Tus ramas entrelazan mis sueños
entre plegarias de ángeles y miedos.
Es tiempo de amor,
dame alegría.

Si es cierto que el cielo esta mas vivo,
es tu sonrisa de niña
la que abruma de vida cada rincón,
cada sueño perdido incapacitado de vía.
Los hace reales.

Hazme creer en tu inocencia,
hazme creer que es posible.
Inmortaliza en mí la sensación febril de tus emociones.

Candida,
escondida entre aquellos rayos
que encandilan mi vista
y disturban mi ceño.
Reconozco la canela de tu piel,
el sabor a coco que deja tu rastro,
el olor a mar que arrastra la brisa que te rodea.

Te prefiero motivada por la placidez del descanso;
te prefiero sumergida entre rezos de negra palenquera;
te prefiero sonriente entre las olas
que revientan en los espolones del horizonte;
te prefiero serena,
finalmente eres yo.

miércoles, 8 de julio de 2009

SOLIDARIDAD, EN LA BUSQUEDA DEL ENGRANAJE PERFECTO

Durkheim hablaba de la fuerza coercitiva que mantiene unida los miembros de la sociedad; el hecho social que nos mueve de un lado a otro, esa fuerza invisible, imperceptible e inviolable que cumbre y dirige el acontecer y pasar del tiempo. Es precisamente esta fuerza la que nos obliga a crear vínculos y asociaciones que beneficien la convivencia en equipo y luego encontrar formas de maximizar dichos beneficios. Tanto a nivel económico, como la maximización de resultados de una empresa; como en lo cultural y social en general como el fortalecimiento y fomento de una raza, o el desarrollo de una relación de amistad.

Entiéndase entonces por solidaridad, como el sentimiento de recibir y dar ayuda en busca de mayores rendimientos de cualquier índole, dentro de los miembros de una sociedad que encuentran similitudes y diferencias complementarias entre ellos.[1] Partiendo de este punto, es observable en cada acción cotidiana que nos rodea, el carácter de necesidad de los individuos entre si para poder subsistir en el contexto en el que viven. En la búsqueda de dicha subsistencia se crea el conjunto, la colectividad, al crearse los lazos entre las pequeñas células, átomos, o como quiera llamárseles, que ya no están solas y son menos indefensas cuando se encuentran en medio de un equipo en el que funcionan juntos para el bien común y por consiguiente para el bien de cada uno.

Al nacer como seres sociales, partes de un mundo ya elaborado; con individuos similares a la vista de uno mismo, que en general poseen las mismas capacidades físicas y mentales (hablar, ver, pensar, etc.); nacer de una madre, que cumple su labor de madre, y nos muestra a su vez nuestro papel en el entorno que nos toco vivir, es decir, comienza el proceso de programación de nuestra conciencia; se desarrolla en cada uno este sentimiento de aportar con o sin fines. Independientemente del ámbito moral o ético, y por supuesto sin pensar en el benefactor, lo mejor que hay de cada uno como una herramienta, o mejor aun, como una pieza de engranaje de una gran maquina, o sistema al que podemos llamar sociedad o conjunto social. Es precisamente por esta razón, que Durkheim atribuye a este sentimiento de dar lo mejor de si la razón de ser de la división del trabajo social, porque es a través de la especialización y la división de las tareas en busca del propio perfeccionamiento lo que permite que todos, al igual que los diversos sistemas que conforman el cuerpo humano, cumplan una función que mantenga vivo y en equilibrio el mundo en el que vivimos. Ya sea como miembros de una familia, de una empresa, de una pandilla, de una escuela o de cualquier tipo de institución.

Ya que existen diferentes tipos de sistemas asociativos Durkheim hizo una clasificación entre las clases de solidaridades que pueden existir. Si el fenómeno se da de manera inadvertida en la vida de las personas, a este tipo de solidaridad la llamaba solidaridad mecánica, la cual representaba a las sociedades mas básicas y muy probablemente mas influenciables por todos los coaccionantes que se encuentran a su alrededor, y los hacen actuar a todos de la misma manera. A este tipo de grupos los reconocemos como las grandes masas que generalmente se encuentran en la base y medio de la pirámide y el trabajo que desempeñan, o su papel social dentro del conjunto, es bastante general, se sabe hacer todo y nada en especial. Aquellos para los cuales están dirigidos los grandes anuncios publicitarios, que consiguen persuadirlos con sus conceptos ficticios de un tipo de felicidad imposible, que se consigue a través de la obtención de productos aparentemente innecesarios (y digo aparente porque finalmente dan estatus al propietario). Estos son los mismos que siguen minuciosamente la moda del momento, las tendencias generadas por aquellas grandes industrias enormemente ricas, que luego crean los anuncios publicitarios antes mencionados. La moda, descrita y estudiada por Simmel, el cual la describía como una forma de relación social, que permite a quienes desean adecuarse a las demandas de un grupo, hacerlo.[2] Pertenecer es importante para encontrar su propio papel dentro del grupo. Precisamente lo que los mantiene unidos, son las similitudes que comparten. Incluso, este mismo aseguraba, que aquellos que se esforzaban mas por salirse de la uniformidad en este ámbito, que vendrían siendo los grupos de individuos que lucha por salir del sistema, terminaban perteneciendo a otro tipo de uniformidad. Las barreras sociales los encuentran a todos, y los hacen perteneces de una forma u otra.

Por el contrario, la solidaridad orgánica es aquella en la que la sociedad esta divida en especialidades, cada quien tiene su rol dentro del escenario y a pesar de que su tarea sea relativamente mas pequeña que la desempeñada por algún miembro de una sociedad con características de solidaridad mecánica, se dedica a hacerlo muy bien. Es por este motivo que lo que los mantiene unido es la estructura ramificada que se va formando sobre las bases del conocimiento, y la dinámica y carácter de necesidad y ser necesitado que esto genere dentro del conjunto en el que se desenvuelven.

Este tipo de sociedad es considerada como la evolución de la solidaridad mecánica. Una sociedad donde cada quien tiene su labor y se necesitan unos a otros, desde aquel que genera las ideas para maximizar los recursos obtenidos de la tierra, como aquel que se encarga que dichos productos nazcan y crezcan sanos para que el resto se alimente correctamente. A este hecho se le llama Densidad Dinámica, o el incremento de la población directamente proporcional con la interacción entre estos. Algunos sociólogos como Merton y Gibbs disciernen de esta teoría. El primero, asegura que Durkheim no tiene ninguna prueba empírica de este hecho, y que este insiste en ignorar como los fines sociales influyen en el destino de la sociedad[3]. El segundo dice que la dinámica social descrita en “División del trabajo Social” no es científicamente comprable, ya que no hay una manera real de medir la frecuencia de interacción entre las personas, y por consiguiente, seguir el progreso o crecimiento de esta frecuencia[4].

Finalmente los hechos y la forma como se ha desenvuelto la sociedad en el último siglo y la observación de las características de la estructura que esta enmarca en la actualidad, nos demuestra que Durkheim no estaba muy lejos de la realidad. Hoy en día es cada vez más necesario el acercamiento a lo específico y al detalle. La especialización genera estatus y el rol de cada uno en la sociedad de los mejores, esta determinado por la pieza que represente dentro del rompecabezas. Los estándares y modelos se diseñan cada vez mas minuciosamente para complacer los gustos y personalidades de los diferentes individuos que forman parte de la gran pirámide social a la que pertenecemos todos.

Entender su papel en esta gran obra como fichas del gran rompecabezas, querer ser parte y hacer para eso es el fin último de la colectividad a la que pertenece el hombre. Es por eso que en la constante dinámica y cambio en la que se vive, hacer algo mejor que todo lo demás, hacerse necesario e indispensable, ser la propia pieza de engranaje dentro de la gran maquina, es el fin ultimo en búsqueda de la felicidad buscada por todos, desde Aristóteles hasta Mill y su utilitarismo.
[1] DURKHEIM, Emile. La división del trabajo social. Libro uno, capitulo uno. Pág. 60. ED. Libertador.
[2] RITZER, George. Teoría sociológica clásica. George Simmel. Pág. 322
[3] Merton, Robert K. "Durkheim's Division of Labor in Society" Plenum Press, NY and London Sociological Forum, Vol. 9, No. 1. 1994
[4] Gibbs, Jack P. "A Formal Restatement of Durkheim’s’ Division of Labor’ Theory", Sociological Theory, Vol. 21, No. 2. 2003

lunes, 6 de julio de 2009

Tul.

Nacimos en un mundo colmado de formas, envueltos en la multiplicidad visual que propone lo mundano de nuestra existencia. Damos forma al espacio, entremezclando movimientos provocados por impulsos que dialogan con el entorno de la realidad que se mezcla con las propias fantasías. El lenguaje etéreo que se convierte lentamente en una voz más fuerte y pronunciada que aquella que deja eco.

Los sonidos nos mueven a veces hacia algún lado, otras veces nos movemos en la quietud de la potencialidad de alguna acción. En calma o perturbados, somos motivados por la caricia del aire que nos grita en silencio las direcciones infinitas, las posibilidades impensables de nuestro destino. Maravilloso es el movimiento invisible que nos lleva a vivir aquellos eventos inesperados nacidos de la espontaneidad, que cambian para siempre el curso de nuestros caminos… nuestro tao.

Huele a vida alrededor nuestro, somos carne que se pudre, piel que se arruga, huesos que se quiebran, colores que se opacan ante la mirada del otro y de nosotros mismos. La luz despierta nuestra visión del mundo, que se posa ante nuestros ojos, imágenes preconcebidas. Pero luego esta lo otro, nuestro mundo interno: colores, deseos, proporciones y matices. La perpetuidad de lo imaginario.

Platónicamente somos dos, el alma que palpita adentro de un cuerpo que nos acompaña, estructurado, perfecto… buscamos constantemente un lugar donde hallar nuestro espacio, la geografía se hace entonces limitada y frustrante. Pero al hacernos conciente de cada parte propia, descubrimos que ese espacio existe dentro de nuestras propias fronteras corporales. Somos carne y hueso, somos habitantes de nuestro propio templo. Es allí donde habita la verdad más absoluta, la subjetividad objetiva, la eterna dialéctica, las posibilidades infinitas, la creación y la muerte. El comienzo y el final. Nuestro cuerpo.

Oscuro

Es probable que el día que naciste, el corazón de tu madre se hubiera parado por algunos segundos y por cuestiones del destino no hubiera muerto y hubiera tenido la fortuna o la desgracia de vivir a tu lado por el resto de su vida. No lo digo para ofenderte, sabes bien que nunca fue mi intención hacerte daño, en cambio lo digo porque es desde ahí que te amo, desde ese punto en el que no se si ha sido increíble o terrorífico que existas.

Cuando te conocí estabas en esa época en la que quería ser un mejor hombre, en la que te cansaste de ser tú y decidiste que podías ser otro. Entonces te me presentaste porque viste en mí tu salvación, creíste que mi luz se pegaba como un virus. En cambio, yo me acerque a ti movida un poco por compasión, un poco por curiosidad, un poco por eso que hace que la gente quiera estar contigo, ese dulcecito agrio que pueden tener tus palabras, ese olor a vicio que tiene el espacio en el que te mueves, ese que hace sentir cómodo hasta al mas desubicado de los seres. Tal vez deje que te acercaras mucho y me emborrachaste con tu aliento, y contigo pudo más el instinto que las ganas de iluminación y mejor vida.

Entonces, me saltaste encima con el ímpetu animal que caracterizan tus movimientos. Me dejé atrapar como presa expuesta, sabiendo claramente que yo si tenía las garras suficientemente afiladas como para hacerte daño si eso quería. Pero no lo hice, me deje cazar. Sonreíste mientras me comías, porque disfrutaste cada pedazo como si fuera carne cruda, mi carne cruda, tú eres un caníbal. Me agarraste como nadie lo había hecho, me clavaste el diente hasta el fondo del vacío y me desangré despacito, de a poco.

No te miento, yo también sonreía mientras lloraba, yo también gozaba mientras sufría, yo también mordí profundo y probé tu sangre. Me gustó a lo que sabias y es por eso que después de ese día, decidí repetir 500 veces ese momento y ser la presa de muchos hasta quedar desgastada por el uso, decadente y arrastrada por ahí.

No quedó sombra de mí, porque vuelvo y te confieso, que alguna vez soñé con ser un ángel, alguna vez me sentí buena y me sentí como una princesa fucsia cabalgando por el bosque, me sentí Blancanieves perdida en el mundo con un pedazo de manzana atravesado en el pescuezo, me sentí esa. Pero hoy después de todo, créeme como crees en lo que más creas, que en lo único que creo en este momento, es en que aún siento el sabor de tu sangre en mi boca.

¿Te acuerdas esa época cuando sentir el amargo dulce en la garganta era tan común como abrir los ojos? esa en la que todo estaba acompañado de un olor a whisky derramado, ese olor que llenaba nuestras horas huecas de un poco de sentido. Yo si la recuerdo y la extraño con temor. No de de tí, jamás me asustaron tus actitudes sórdidas, ni tu mirada asesina. En cambio, podría decir que el temor era por mí, por lo que éramos los dos juntos. Lo extraño tanto como el olor del éter, el olor de tu aliento, el calor de tu sangre y la lascivia en tu voz pidiéndome un poco más de mi saliva, un pedazo mas de mi piel.

Esa era la época cuando estábamos perdidos y buscábamos darle forma a lo inocuo, profundidad a lo vacío, viciar nuestros temores, adormecer nuestro dolor... ¿como más quieres que te lo diga?, a la larga tu sentías ese sinsabor tanto como yo, las sonrisas cínicas nunca fueron suficiente para engañar nuestra propia inteligencia. 

No te engañes que yo no lo he hecho, nunca fue amor, era necesidad. Me decías que me amabas mientras te tenia entre mis piernas, yo te decía que te amaba de vuelta cuando te sentía en mi, me dejaba llevar por el humo gris que envolvía la habitación, mi cabeza nublada, mis hombros ardiendo, mi boca empapada, sudor en el pecho, mis pies en tu espalda, mis dedos dormidos, movernos despacio… “lámeme la boca que no la siento”. Terminábamos lento, esas eran nuestras formas de placer. Fue algo así como dibujar un paisaje perfecto y creer que seria posible caminar por él, o mejor aún, como despertar inerte bajo el sol de una mañana de primavera, todo daba lo mismo, a la larga lo verdaderamente vivo estaba fuera de nuestros cuerpos.
Con el pasar del tiempo se hizo cada vez mas imposible mirarme al espejo y ver una princesa, en cambio mis formas fueron cambiando y mis ojos se oscurecieron ensombrecidos en un espesa neblina, no era Dios y jamás fui un demonio, pero contigo a mi lado penaba entre un claro oscuro romántico y gótico. El rosa mutó lentamente y volvió a sus primarios, blanco, negro y rojo. 

Siempre estuve herida y cuando tu pensabas que ya no podías hacerme sentir mas dolor, yo te lo hacia a ti porque me hice adicta a la sangre, me hice adicta a esto que nos siguió uniendo mucho tiempo más.

No hay finales felices para este tipo de historia, por el contrario, hay un continuo acontecer de hechos que se van sumando a la pesadez de los días. Ella siempre quiso huir, pero huir ya no era una opción, no había nada a lo que volver; el siempre quiso que huyera, sin embargo, el sol volvía a salir y ellos seguían atados a la cotidianidad casi nauseabunda que cubría todos los rincones de su pequeña habitación.

Todo siguió pasando, repitiéndose día con día, una y otra vez: gafas oscuras, marihuana, sonrisa torcida, noches sin sueño, despertares sin sol mas amargos que el vacío, planes de mejor futuro que comenzaban y terminaban justo cuando volvíamos a olvidarnos, a abandonarnos, caminar sobre los pasos ya recorridos, reconociendo lo ya conocido en cada experimento. Poco a poco desapareció la sorpresa y la simplicidad de ser candido. Esta, antes muy conocida sensación, se convirtió lentamente en la mirada maliciosa del que lo ha vivido todo y le causa gracia reconocer en todas partes la miseria del otro. 

Fue en ese preciso instante cuando pude reconocer que lo que estaba viendo era mi verdadero reflejo, había encontrado en todas esas miradas el espejo que pensé me había abandonado, pero la realidad… la realidad fue que siempre estuvo ante mi, pero mi ojos estaban nublados y mi mirada perdida, hasta ese momento.

Entonces ya nada siguió pasando, recogí lo poco con lo que llegué y regresé a la vaguedad. Fue el primer paso que di hacia mi misma, muchos años después lo reconocí como el primer paso hacia reconocerme como entidad, hacia reconocer todo el amor que había en mi. “Adiós” dije, y cerré la puerta sin miedo”