miércoles, 18 de noviembre de 2009

PRIMERA PARTE. EL COMIENZO.

“Mi palabra escritas es mi voz mas fuerte, es el sonido que escuchas si te acercas a mi pecho; es el aire que me recorre y me reconoce; es mi código de vida, lo verdadero, lo que es, aunque tenga miedo… es lo innegable. Es lo mejor que puedo darte ahora, aparte de mis besos, abrazos, sonrisas, miradas y las mil horas que te pienso. Así, que tu tarea ahora, es que decodifiques mis letras.”
MissTiki

Esta historia tiene un comienzo apresurado… un comienzo inesperado: la suma de dos partes desiguales. Es esa historia que habla de una mesa vacía, de tinta en los dedos, de un papel no pensado más allá de su propio fin. Habla de las cosas que existen por su significado, lo que nos hacen sentir; más allá de su propio sentido, lo que nos hacen pensar.

Esta historia habla de una noche húmeda que amaneció lentamente y se perdió en tus ojos y mi sonrisa. Habla de tú y yo juntos, de los besos eternos (hasta que se acaben) y de devolver el tiempo constantemente, para repetir instantes que inquietan y distraen los prejuicios. Lo bueno y lo malo son solo palabras que han perdido valor ante nuestra presencia.

Esta historia habla de cuando los días ya no pasan tan normalmente, (entendiendo como normal lo cotidiano y vivido en automático), y en cambio, todo es más fácil de entender sin la necesidad de aislarme en el sufrimiento del pensador. Habla de lo embriagante y casi imposible de escribir, lo que parece inadmisible bajo el poder de la razón, pero que es totalmente coherente cuando se trata de sentirlo.

Esta historia habla de cuando comienzas a entenderme, de cuando comienzas a verme, de cuando comienzas a leerme y por ultimo, comienzas a creerme. Habla de cuando me miras sin recato y te aburren mis palabras, te torturan mis palabras, te seducen mis palabras, te matan mis palabras. Sobre la posibilidad de renacer cada vez que mueres.

Esta historia, que aun sigue estando en el comienzo, te cuenta que te observo y tú me observas observar, perpetuando cada momento que me hace sucumbir ante la constancia de tu afecto. Habla sobre mis demonios y los tuyos, sobre no dejarte alejar y sobre saberte respetado… sobre perder el miedo.

Con esta historia incompleta, pero concurrida, te quiero recordar a ti que me lees y a mí que te escribo, que quiero que me creas cuando te digo que me inspiras; que me escuches cuando te hablo en serio (porque lo hago poco); que mires como te estoy mirando y que me sonrías siempre, porque tu felicidad me hace feliz. Nuestra historia no es sobre expectativas ni peticiones, es sobre lo que esta siendo, que finalmente, es todo lo que quiero. Tú y yo, como tú y yo, personas y personajes.

Feliz cumpleaños Andrés Escobar…

Tuya,

Teresita Goyeneche. Bogotá, Noviembre 19 de 2009.

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