Durkheim hablaba de la fuerza coercitiva que mantiene unida los miembros de la sociedad; el hecho social que nos mueve de un lado a otro, esa fuerza invisible, imperceptible e inviolable que cumbre y dirige el acontecer y pasar del tiempo. Es precisamente esta fuerza la que nos obliga a crear vínculos y asociaciones que beneficien la convivencia en equipo y luego encontrar formas de maximizar dichos beneficios. Tanto a nivel económico, como la maximización de resultados de una empresa; como en lo cultural y social en general como el fortalecimiento y fomento de una raza, o el desarrollo de una relación de amistad.
Entiéndase entonces por solidaridad, como el sentimiento de recibir y dar ayuda en busca de mayores rendimientos de cualquier índole, dentro de los miembros de una sociedad que encuentran similitudes y diferencias complementarias entre ellos.[1] Partiendo de este punto, es observable en cada acción cotidiana que nos rodea, el carácter de necesidad de los individuos entre si para poder subsistir en el contexto en el que viven. En la búsqueda de dicha subsistencia se crea el conjunto, la colectividad, al crearse los lazos entre las pequeñas células, átomos, o como quiera llamárseles, que ya no están solas y son menos indefensas cuando se encuentran en medio de un equipo en el que funcionan juntos para el bien común y por consiguiente para el bien de cada uno.
Al nacer como seres sociales, partes de un mundo ya elaborado; con individuos similares a la vista de uno mismo, que en general poseen las mismas capacidades físicas y mentales (hablar, ver, pensar, etc.); nacer de una madre, que cumple su labor de madre, y nos muestra a su vez nuestro papel en el entorno que nos toco vivir, es decir, comienza el proceso de programación de nuestra conciencia; se desarrolla en cada uno este sentimiento de aportar con o sin fines. Independientemente del ámbito moral o ético, y por supuesto sin pensar en el benefactor, lo mejor que hay de cada uno como una herramienta, o mejor aun, como una pieza de engranaje de una gran maquina, o sistema al que podemos llamar sociedad o conjunto social. Es precisamente por esta razón, que Durkheim atribuye a este sentimiento de dar lo mejor de si la razón de ser de la división del trabajo social, porque es a través de la especialización y la división de las tareas en busca del propio perfeccionamiento lo que permite que todos, al igual que los diversos sistemas que conforman el cuerpo humano, cumplan una función que mantenga vivo y en equilibrio el mundo en el que vivimos. Ya sea como miembros de una familia, de una empresa, de una pandilla, de una escuela o de cualquier tipo de institución.
Ya que existen diferentes tipos de sistemas asociativos Durkheim hizo una clasificación entre las clases de solidaridades que pueden existir. Si el fenómeno se da de manera inadvertida en la vida de las personas, a este tipo de solidaridad la llamaba solidaridad mecánica, la cual representaba a las sociedades mas básicas y muy probablemente mas influenciables por todos los coaccionantes que se encuentran a su alrededor, y los hacen actuar a todos de la misma manera. A este tipo de grupos los reconocemos como las grandes masas que generalmente se encuentran en la base y medio de la pirámide y el trabajo que desempeñan, o su papel social dentro del conjunto, es bastante general, se sabe hacer todo y nada en especial. Aquellos para los cuales están dirigidos los grandes anuncios publicitarios, que consiguen persuadirlos con sus conceptos ficticios de un tipo de felicidad imposible, que se consigue a través de la obtención de productos aparentemente innecesarios (y digo aparente porque finalmente dan estatus al propietario). Estos son los mismos que siguen minuciosamente la moda del momento, las tendencias generadas por aquellas grandes industrias enormemente ricas, que luego crean los anuncios publicitarios antes mencionados. La moda, descrita y estudiada por Simmel, el cual la describía como una forma de relación social, que permite a quienes desean adecuarse a las demandas de un grupo, hacerlo.[2] Pertenecer es importante para encontrar su propio papel dentro del grupo. Precisamente lo que los mantiene unidos, son las similitudes que comparten. Incluso, este mismo aseguraba, que aquellos que se esforzaban mas por salirse de la uniformidad en este ámbito, que vendrían siendo los grupos de individuos que lucha por salir del sistema, terminaban perteneciendo a otro tipo de uniformidad. Las barreras sociales los encuentran a todos, y los hacen perteneces de una forma u otra.
Por el contrario, la solidaridad orgánica es aquella en la que la sociedad esta divida en especialidades, cada quien tiene su rol dentro del escenario y a pesar de que su tarea sea relativamente mas pequeña que la desempeñada por algún miembro de una sociedad con características de solidaridad mecánica, se dedica a hacerlo muy bien. Es por este motivo que lo que los mantiene unido es la estructura ramificada que se va formando sobre las bases del conocimiento, y la dinámica y carácter de necesidad y ser necesitado que esto genere dentro del conjunto en el que se desenvuelven.
Este tipo de sociedad es considerada como la evolución de la solidaridad mecánica. Una sociedad donde cada quien tiene su labor y se necesitan unos a otros, desde aquel que genera las ideas para maximizar los recursos obtenidos de la tierra, como aquel que se encarga que dichos productos nazcan y crezcan sanos para que el resto se alimente correctamente. A este hecho se le llama Densidad Dinámica, o el incremento de la población directamente proporcional con la interacción entre estos. Algunos sociólogos como Merton y Gibbs disciernen de esta teoría. El primero, asegura que Durkheim no tiene ninguna prueba empírica de este hecho, y que este insiste en ignorar como los fines sociales influyen en el destino de la sociedad[3]. El segundo dice que la dinámica social descrita en “División del trabajo Social” no es científicamente comprable, ya que no hay una manera real de medir la frecuencia de interacción entre las personas, y por consiguiente, seguir el progreso o crecimiento de esta frecuencia[4].
Finalmente los hechos y la forma como se ha desenvuelto la sociedad en el último siglo y la observación de las características de la estructura que esta enmarca en la actualidad, nos demuestra que Durkheim no estaba muy lejos de la realidad. Hoy en día es cada vez más necesario el acercamiento a lo específico y al detalle. La especialización genera estatus y el rol de cada uno en la sociedad de los mejores, esta determinado por la pieza que represente dentro del rompecabezas. Los estándares y modelos se diseñan cada vez mas minuciosamente para complacer los gustos y personalidades de los diferentes individuos que forman parte de la gran pirámide social a la que pertenecemos todos.
Entender su papel en esta gran obra como fichas del gran rompecabezas, querer ser parte y hacer para eso es el fin último de la colectividad a la que pertenece el hombre. Es por eso que en la constante dinámica y cambio en la que se vive, hacer algo mejor que todo lo demás, hacerse necesario e indispensable, ser la propia pieza de engranaje dentro de la gran maquina, es el fin ultimo en búsqueda de la felicidad buscada por todos, desde Aristóteles hasta Mill y su utilitarismo.
[1] DURKHEIM, Emile. La división del trabajo social. Libro uno, capitulo uno. Pág. 60. ED. Libertador.
[2] RITZER, George. Teoría sociológica clásica. George Simmel. Pág. 322
[3] Merton, Robert K. "Durkheim's Division of Labor in Society" Plenum Press, NY and London Sociological Forum, Vol. 9, No. 1. 1994
[4] Gibbs, Jack P. "A Formal Restatement of Durkheim’s’ Division of Labor’ Theory", Sociological Theory, Vol. 21, No. 2. 2003
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