viernes, 9 de enero de 2015

Trece días en el cuarto de mi abuela

Día seis

Llegué a casa a las 2:30 de la mañana, estaba algo borracha y me dormí con el computador abierto. Llegué pensando en escribir algo muy importante y no alcancé a hacerlo. La pantalla solo decía “Dia 6:”. Cuando abrí los ojos y todo me daba vueltas, lo primero que enfoqué fue una botella de vino casi terminada junto a la ventana, cerca al aire acondicionado. Justo ahí donde antes estaba el altar del Sagrado Corazón de Jesús y la Virgen del Carmen. Debajo de la ventana hay una cajonera, ahora completamente blanca, que por un tiempo guardó fotos de mis abuelos, luego pañales para mi abuela y ahora tiene mis calzones y algo de ropa.

Son las 10am y ya estoy lista para que pasen por mi, voy a Playa Blanca en Barú. Para ir desde acá, uno coge un bus que por $1800 lo lleva a uno hasta Pasacaballos. Ahí, se coge un moto-taxi que por 8 mil pesos y 25 minutos de camino, lo lleva a uno a la entrada de la playa. La opción B, que es la que haremos hoy, será coger un taxi que cuesta $30.000 entre mis dos amigas y yo, nos dejará en Pasacaballos y haremos la segunda parte igual que el Plan A.


Antes de salir, trato de organizar todo lo más que pueda, no dejar rastros de anoche. En el cuarto de mi abuela todos sienten todavía que pueden encontrar algo de ella cuando yo no estoy.

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