Día
cinco
Es
viernes, hoy cumple mamá y desde temprano huele a que algo pasa en la cocina.
Escucho a mi hermana dar instrucciones a Tai y Ana Dilia desde las 9am. Yo me alisto
para tener una reunión por Skype desde mi cuarto, o como lo llama mi mamá
ahora, “el apartamento 1”. Esto último infiere que el cuarto de mi hermana es
el “apartamento 2” y me imagino que el de ellos es el “3”.
A
mamá le gusta la comida árabe, le gustan los envuelticos de parra y el tahine
de garbanzos. Mi abuela Tere los hacía,
según ella recuerda, y le quedaban muy bien. Mi abuelo Lucho en sus últimos
años era gerente de un restaurante libanés y cocinaba muy bien, uno de
los pocos recuerdos que aún tengo claros es el de la paciencia que tenía para
hacer yogurt y leche cortada. Él le enseñó a mamá a hacer eso y tabbuleh.
Luego
vino Jairo, amigo de toda la vida de mi papá, casado con una libanesa. Cuando murió mi abuelo, Jairo heredó su puesto.
Hace 5 años, cuando mamá volvió a casa después la crisis más dura que ha tenido
mi familia en 30 años, Jairo comenzó los almuerzos los domingos en nuestro
comedor. Traía comida semana tras semana, se sentaban en la mesa, compartían
todos juntos convirtiéndolo en tradición. Todos los domingos por cinco años,
hasta que un lunes festivo Jairo se fue de casa sin despedirse y al día
siguiente murió de un infarto mientras se quitaba la ropa para bañarse. Eso
pasó hace un mes y 7 días.
El
almuerzo fue algo aparatoso, pero todos hicimos lo mejor que pudimos para darle
a mamá un día feliz.
El
almuerzo:
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Arroz de almendras
-
Envueltos de parra
-
Tahine
-
Tabbule
-
Quibbe crudo
-
Quibbe frito
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Leche cortada
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