miércoles, 23 de diciembre de 2009

GIRLS JUST WANNA HAVE FUN (Little Ramonas)

Cuando en 1983, Cindi Lauper le habló al mundo sobre el súper deseo que tienen las chicas de divertirse (Girls just wanna have fun), reveló el secreto mejor guardado dentro de los románticos imaginarios de independencia femenina. Finalmente salió a la luz todo aquello no dicho, pero por mucho tiempo intuido, de la rareza casi mítica de una mujer: Todas pueden hacer lo que se les de la gana con sus vidas. Es precisamente este, el primer principio de los postulados invisibles que el grupo de jóvenes estilistas, “Little Ramonas”, han manifestado en su declaración de individualidad.

Era la tarde de un día nublado, después de que el cielo se cayera congelado en granizo, en un pequeño apartamento del barrio Chapinero de Bogota, que les sirve de cuartel y boutique por ratos, Las Ramonas se preparaban para su primera feria abierta al público, “One of a Kind”. Sentadas en el piso, con una pared negra de fondo, contrastada por la enorme ciudad que se desparrama en el marco de la ventana, sonríen cómplices recordando el comienzo de su historia, que empezó como un pasatiempo, que solo una estudiante de modas puede tener: ir de compras a “outlets” y ferias de segunda mano, para jugar con atuendos retro, darles su estilo al diseño y hacerlos parte de su propio closet.
Después de un año de trabajo y una ardua tarea de recopilación de material, incontables sesiones de fotos y su siempre actualizada pagina de Internet (www.littleramonas.com), se han ido convirtiendo en una marca registrada dentro del mundo “underground” capitalino, por su estilo y su capacidad de reconocer el potencial que puede tener una prenda de otra época, en el closet de una chica actual y vanguardista. Pero mas allá de moda y estilo, son portadoras de lo que ellas mismas han denominado: “una actitud y una forma de ver la vida”. Para los que las observan casi intimidados desde afuera, esa actitud es la parte más fuerte, arriesgada y frentera de una mujer, que hoy se concibe como igual, como sujeto y como personaje del día y especialmente de la noche.
Este colectivo compuesto por tres amigas amantes del cuero, las cadenas y raparse la cabeza, comenzó como el proyecto de la mamá Ramona, Paula Beltrán que a sus 21 años es estudiante del Fashion Institute de New York, donde reside hace algún tiempo. A este proyecto sumó a dos de sus mejores amigas y colegas en el oficio, Mariana Puerta que vive en Bogotá y Camila Saldarriaga, estudiante de artes que reside en Miami; convirtiéndolo desde ese momento, en un bloque que se sale de los limites geográficos y que a través de su pagina web, ha permitido dar un vistazo a las tendencias que se manejan en el submundo mas rockero y mas hipster de estas tres ciudades, desde el punto de vista que sale de la atractiva combinación, del poder seductor de la sensualidad femenina de la Ramona.MIA, la oscura sobriedad de la Ramona.BTA y el eclecticismo impetuoso de la Ramona.NY.

Como alguna vez diría la Ramona Bogotá como un comentario espontáneo, pero bastante puntual: “Es el comienzo de lo que busca ser un bloque cultural, casi omnipresente en cualquier manifestación de arte que represente un grito de identidad.”


Foto: Little Ramonas (De arriba a abajo: Paula Beltrán, Camila Saldarriaga y Mariana Puerta)

lunes, 14 de diciembre de 2009

L' Helène

Las nubes se entrelazaban grises y azules en medio de un cielo nublado y esforzado. Algunas gotas caían dispersas en el ventanal cuadrado que dejaba al descubierto la ciudad inundada de ruidos y movimientos que podrían confundir a algún observador inadvertido.
Había poco aire, había poca luz y había poca intención en aquellas horas dedicadas a flotar entre el frío circundante de aquellos días soñolientos, los cojines llenos de cenizas esparcida en el espacio y The Strokes sonando suficientemente alto como para callar la necedad.
Mientras tanto, Helena buscaba en aquel cielo tan confuso, la forma desabrida de algún pájaro despistado, perdido de su equipo en un intento de individualidad, o de un pescado volador, como aquellos que había leído en el libro de turno, se paseaban por Bogotá en días contaminados. En su travesía visual encontró cometas de colores, una estela blanca de una pirueta aérea y un avión que se perdió en el infinito, seguramente iba hacia algún lugar que ella hubiera querido conocer. Le melancolía se adueño de aquel momento, por aquellos años de viajes a tierras más lejanas de lo que alguna vez hubieran soñado sus padres con conocer. Sintió vergüenza de las oportunidades perdidas y recordó en un instante largo pero que duro menos que un suspiro, como una película en su cabeza, aquellas veces que dijo que no cuando pudo decir que si, o las otras muchas en las que aplazo sus éxitos por placeres momentáneos, solo para descubrir que no iban a suceder jamás.
Bajó la mirada, sacudió la cabeza y prefirió dejar ir los pensamiento dirigiéndose a Julia que cantaba mirándola a los ojos, como buscando su atención. Sus manos se agitaban al ritmo de la música, Post Modern Girls, “igual que nosotras” dijo entusiasmada por la euforia de su melomanía. Helena le cedió una sonrisa, después de años de amistad conocían ciertamente los códigos creados por la cercanía y la complicidad. Así que Julia ignoró su gesto y regresó su atención al computador, que para esos días era más divertido que pasar el tiempo con ella.
Habían pasado varios días desde el llamado por ellas, “Día Final”, ya lo peor había pasado aparentemente. Aunque los días seguían igual de lentos, el ambiente seguía denso y salir de la nube negra parecía una tarea complicada, seguían juntas e inseparables. Todo comenzó con ellas y parecía estar terminando igual. Para Julia el final había sido simplemente el comienzo, pero Helena, seguía en él, la vida parecía ser muy dura para ser vivida en su cuerpo. Catapultada por la ira, permanecía estática por muchas horas. Esclava de sus pensamientos, hervía, colapsante en permanencia, sórdida, enredada entre sus deseos sádicos de cremar a todo aquel que había sido doloroso en su vida.
Era energía en potencia, delirante, incoherente y demencial. Algún día escucho decir de alguna amiga muy sabia que todo era energía, que todos somos energía y que esta solo responde al amor y la intención. No había amor, ni por ella, ni por nadie, ni por nada. Nada adentro, vacío sin fondo. Por consiguiente, no habia intención en lo absoluto, sin deseo no hay acción, solo movimientos carentes de sentido.

(Foto: Cesar Guerrero para MissTiki)
* Preambulo de la primera edicion de Celeste.... 2010.

miércoles, 9 de diciembre de 2009

EL PINTOR TRISTE

Abraza la soledad como algo sublime y majestuoso, pero más que nada en el mundo, siente fascinación por la mirada de los extraños sobre él, ser visto y admirado. Rodearse de muchos y convencerse segundo con segundo que no pertenece trae a él los rasgos melancólicos que siempre se manifiestan ante si mismo parado frente al espejo. Es adicto a la tristeza y se rinde ante ella sin resistencia alguna.

Le gusta la compañía y más que nada, el reconocimiento, porque es así como puede poner en otros la responsabilidad de su propia felicidad que parece prestada y distante. Esa que de vez en tanto, puede palpar y reconocer en medio de su propia curiosidad. Pero es por esta misma razón, que al final de cada etapa, de cada ciclo, la dicha se esfuma y se siente más cansado y más solo que nunca. Entonces regresa a su estado más natural y más triste, elevado en el estupor de los tonos grises que colorean su vida, saboreando el dolor que lo hace grande.

Coloca sus cuadros en las galerías vacías con la minuciosa estética de quien mira un atardecer ensombrecido por las nubes cargadas de lluvia. Sabe que lo que tiene al frente es bello y maravilloso, pero indiscutiblemente también oscuro y traslada la esperanza de seguir siendo uno, hacia un lado muy dramático. Siente la necesidad de que quien vea su arte, sienta la misma angustia que el sintió cuando lo estaba creando. Es por esto, que cuando la colección esta en orden y lista para ser mostrada al público, en los enormes salones que prestan su espacio al reconocido artista en el que se ha convertido, llora desconsolado, escondido en el rincón mas perdido del lugar, envuelto entre los sentimientos retenidos y luego añorados, que sostienen cada pintura, su arte… su vida.